Estructura de costos agrícolas, ¿una nueva realidad?

Estructura de costos agrícolas, ¿una nueva realidad?

El próximo año sí que va a estar bueno”. Esta típica frase del campo chileno describe de cierta manera el comportamiento cíclico que tienen los distintos rubros agrícolas en su rentabilidad, que depende a grandes rasgos de cuatro factores principales y su comportamiento en cada temporada productiva: costos, manejo u operación, clima y precio venta.

Con preocupación hemos venido observando un alza en la estructura de costos en la agricultura y al parecer, más que un ciclo, estos costos han llegado para quedarse, al menos, un ciclo más largo que el que esperaríamos.

Desde que empezó el boom de las parcelaciones, la tierra tomó un valor mas cercano a su valor inmobiliario que productivo, lo que ha repercutido no sólo en el costo de comprar predios, sino que también en el valor de los arriendos, las contribuciones, y el impuesto a la renta presunta.

Los insumos, si bien aterrizaron sus valores luego de la locura de precios en pandemia y guerra, nunca volvieron a los valores que podríamos considerar dentro de la “normalidad”.

Moverla también se ha encarecido, acostumbrándonos ya a hablar de cuatro dígitos a la hora de comprar un litro de diésel.

Estos y otros factores implican que subimos varios peldaños en nuestra estructura de costos, lo que se traduce en un mayor riesgo (más dinero puesto en la tierra) y una menor capacidad y un mayor costo de financiamiento (se necesita más capital de trabajo para la misma producción). En general, los ciclos de producción en la agricultura y la ganadería son largos, lo que significa que trabajar apalancado financieramente, es una actividad clave y estratégica dentro del negocio. Con este salto en los costos es necesario que los agricultores y ganaderos puedan optar a opciones de financiamiento con montos acordes a la realidad, y a precios razonables.  Es importante que la banca y las otras fuentes de financiamiento entiendan este cambio en la estructura de costos, y que independiente de que la rentabilidad final sea más baja, la misma, o más alta, los requerimientos financieros por parte de los agricultores serán mayores.

 

Columna Sebastián Hoffmann P. Director Saval F.G.

Fuente: Diario Austral, Valdivia, domingo 16 de junio de 2024