El sector lácteo brasileño está viviendo grandes transformaciones, que lo pueden convertir de cara a los próximos años en la gran referencia en la región, donde comparte protagonismo con Argentina y Uruguay. Pero la capacidad de crecimiento de los tres no es comparable, siendo el menor desarrollo actual del sector en Brasil una gran oportunidad en sí misma para continuar creciendo.
Brasil es ya el principal productor de leche de América Latina, con unos 35 millones de toneladas anuales, y el quinto productor de leche en el mundo, tras India, EEUU, la UE y China. Pero ese importante volumen, superior a la producción láctea de Alemania, primer productor de la UE, sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades de sus 214 millones de habitantes, por lo que el país se ve obligado a importar productos lácteos de sus vecinos, Argentina y Uruguay principalmente, que cuentan con un trato arancelario preferente contra el que los productores brasileños están luchando.
En el año 2022 se produjo una caída en la producción brasileña, debido a diversos factores, entre ellos el clima y los altos costes de producción. Junto a la reducción de la oferta de leche hubo también una caída en el consumo.
Las 1.800 industrias lácteas brasileñas se reparten casi a partes iguales entre cooperativas de productores y empresas privadas, entre las que se encuentran multinacionales extranjeras como la suiza Nestlé, la mexicana Lala (Vigor), a neozelandesa Fonterra (DPA) o las francesas Lactalis y Danone, y empresas brasileñas como Laticínios Bella Vista, Italac, Tirol, Jussara, Frimesa, Davaca o Alvoar Lácteos, surgida de la unión de Embaré, Camponesa y Betânia.
El sector industrial está representado por la Asociación de Productores de Leche (Abraleite) y la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB)
Alrededor del 40% de la leche producida en Brasil es recogida por cooperativas y una parte es también transformada y vendida por ellas. Entre las cooperativas locales, destacan por su volumen CCPR, Aurora, CCGL, Cativa, Cemil, Cooperoeste o Centroleite. De la integración de las cooperativas Frisia, Castrolanda y Capal surge UNIUM.
Balanza comercial negativa
Brasil es un país deficitario en producción de leche, lo que lo convenirte en importador neto de productos lácteos. El déficit comercial crece a lo largo del año a medida que empeoran las condiciones de los forrajes y cae la producción interna, aumentando la necesidad de las importaciones.
Brasil importa cada año unas 32.000 toneladas de queso, 7.000 toneladas de mantequilla y 75.000 toneladas de leche en polvo. El saldo comercial muestra un déficit en el último mes de 181 millones de litros equivalentes en leche, según los datos publicados por la Secretaría de Comercio Exterior de Brasil (SECEX).
El sector lácteo brasileño no es actualmente un exportador importante en el mercado global
El sector lácteo brasileño no es un exportador importante en el mercado global. Hasta octubre había exportado únicamente 61,8 millones de litros de leche equivalentes (fundamentalmente en forma de leche en polvo a Argelia y queso de bajo coste a Chile o Rusia), frente a los 1.767 millones de litros equivalentes importados.
Alrededor del 35% de la producción de leche de Brasil se destina a la fabricación de queso: queso fresco, mozzarela, requeijão, queijo prato y minas frescal. El consumo per cápita de queso se sitúa en 5,2 kg por habitante y año, un 40% por debajo del promedio mundial de la FAO, lo que indica un importante potencial de crecimiento.
Argentina y Uruguay, principales agentes regionales junto con Brasil, están más enfocados a la exportación
Los brasileños son grandes consumidores de requeijão y la grasa de la leche se destina principalmente a producir este queso fundido para untar, lo que limita la producción de mantequilla. La producción de leche desnatada también es limitada.
Altibajos estacionales en la producción
Evolución de la producción de leche brasileña (Fuente MilkPoint sobre datos del IBGE)
La producción de leche en el país, prácticamente estancada en la última década, sigue patrones climáticos cíclicos que afectan a las condiciones de los pastos y los forrajes, los principales alimentos empleados para el ganado. Así, la producción en 2022 cayó un 1,6% por la sequía y la pérdida de calidad forrajera, mientras la de 2023 ha subido más de un 3%.
De abril a junio, los meses de la estación seca, la producción brasileña cae
Brasil es un gran productor y exportador mundial de maíz en grano y soja pero estas materias primas tienen un alcance limitado en la alimentación de las vacas brasileñas. Uno de los principales desafíos que enfrentan los ganaderos es la inflación, dado que los costes de estos insumos crecieron notablemente, al igual que los de los fertilizantes, los combustibles y la energía.
Precio pagado al productor por la leche en Brasil (Fuente CEPEA)
La mayor parte de la producción, alrededor de dos tercios, se concentra en las regiones Sur y Sudeste. El Estado de Minas Gerais es el mayor productor de leche de Brasil, con cerca de 9,5 millones de toneladas, que equivalen a casi el 30% de la producción del país, seguido de Paraná y Río Grande do Sul, que suman otro 25%.
La situación de altos costes de producción está llevando a un número importante de pequeñas granjas a abandonar la actividad
La situación de altos costes de producción está llevando a un número importante de pequeñas granjas a abandonar la actividad. Los precios pagados por la leche en origen alcanzaron en el tercer trimestre de 2022 los 3,5 reales por litro, cayendo de una manera brusca desde mayo de este año, hasta cerrar el mes de septiembre en los 2 reales (38 céntimos de euro).
Consumo
En el lado de la demanda, el estancamiento de la economía brasileña, la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la subida de los precios minoristas se están notando en el consumo. Los precios de la leche en los supermercados se encuentran en niveles elevados, desincentivando así las compras de la población con menores ingresos.
La inflación en Brasil se encuentra muy alta desde 2020, especialmente para los alimentos
La desnutrición y el hambre aumentaron en el último año y programas gubernamentales como el Auxílio Brasil son los que permiten a las clases sociales más pobres adquirir productos lácteos a los que de otro modo no tendrían acceso.
Raza girolando para la producción en zonas tropicales
Brasil cuenta con una cabaña ganadera de unos 16 millones de cabezas de vacas lecheras, después del descenso en el número de animales que se registró en la primera mitad del 2022, previa al incremento del precio de la leche y con costes de producción disparados.
Las dos razas principales son la holstein y la girolando, surgida fruto de los cruces realizados en el país a partir de 1978 entre animales de raza gyr (originaria de la India) y holstein, tratando de estandarizar el patrón racial en 5/8 holstein + 3/8 gyr, siendo de este modo los animales resultantes aptos para la producción lechera en zonas tropicales y subtropicales debido a la rusticidad que aporta la raza gyr.
Brasil cuenta con una cabaña ganadera de unos 16 millones de cabezas de vacas lecheras
La productividad de las vacas varía mucho entre el norte del país y el sur: menos de 2 litros por vaca y día en el norte, con pequeñas granjas para autoconsumo y suministro a los mercados locales, y casi 11 litros en el sur, donde se concentra la mayor parte de las explotaciones más profesionales.
La producción media en el conjunto del país fue de 2.199 litros por vaca y año en 2022, el valor más bajo desde 2019, tras caer la productividad por cabeza unos 15 litros el año pasado debido a la sequía y a los altos costes de alimentación del ganado.
Intensificación de las granjas
Gracias a la mejora genética (EEUU ha sido en los últimos años el principal proveedor de genética holstein a las granjas brasileñas), la productividad va en aumento. Los cambios en el sistema productivo (el 65% de las explotaciones tienen el ganado confinado en establos, el 14% hacen pastoreo y el 22% emplean sistemas mixtos) están también contribuyendo al incremento de la producción media por vaca.
Se está produciendo un cambio en los sistemas de producción, con un incremento de la producción estabulada, que representa ya el 40% del total
El número de granjas productoras de leche ha sufrido una merma importante en los últimos 30 años. El Censo Agropecuario de 1995 contabilizaba más de 1,8 millones de productores de leche en el país, aunque solo 800.000 tenían excedentes para vender. Diez años después el número total de productores había disminuido en 450.000, un 25%, mientras que en el Censo del 2017 recoge una nueva reducción, hasta 1,18 millones de productores, de los que 634.000 comercializaban leche.
La producción por vaca está aumentando, situándose en unos 2.200 litros/año, aunque con notables diferencias entre el norte y el sur del país
Esta cifra está sobredimensionada, pues el Censo considera productor a aquel que tiene algún tipo de producción de leche, incluso si es para autoconsumo o como subproducto de la producción cárnica. La cifra real de granjas especializadas en la producción de leche se situaría realmente en unas 200.000.
Sea como fuere, el proceso de cierre de explotaciones se ha intensificado en los últimos años y se prevé que continúe en los próximos, a la par que sigue aumentando la producción media por vaca y el número de cabezas por granja, hasta acercarse a los niveles medios de los demás productores de la región: Argentina cuenta con 10.000 productores de leche con una producción media por explotación de 3.150 litros diarios, 7 veces más que la media de una granja brasileña, y Uruguay tiene 1.300 productores con una producción media por granja de 4.000 litros diarios.
Fuente: campogalego.es