Una empresa chilena, fundada por jóvenes de buen background académico, ha alcanzado fama y reconocimientos. Su objetivo desde sus inicios, más que promover los beneficios de sus productos, ha sido desprestigiar a la leche como alimento saludable. Toda su publicidad ha estado plagada de información tendenciosa respecto a los males que la leche le produce al ser humano y a la humanidad. Sería bueno saber si estos jóvenes emprendedores fueron alimentados en su niñez por leche materna primero y leche de vaca después. La leche de vaca acompaña a la especie humana desde sus orígenes, constituyendo parte esencial de la dieta que consumimos. La leche se utiliza, no solo como tal, sino también en una infinidad de productos como postres, tortas, cremas, manjar etc, etc. Pero los jóvenes empresarios, han demostrado su interés en revolucionar la dieta humana, pero atacando de manera persistente y agresiva a quienes por generaciones se han desempeñado como productores lecheros.
Para triunfar han decidido denostar e intentar crear en el consumidor una imagen negativa de la leche de vaca. Junto con denostar han decidido intentar utilizar el prestigio de la leche para nominar como leche productos que no son leche. La leche es materna, de vaca o de oveja o de burra, pero no lo es de productos vegetales. Adicionalmente argumentan, equivocadamente, que las vacas y la ganadería son los responsables de la deforestación y de la contaminación generada por la excreción de los bovinos. Lo que no dicen, es que los cultivos que les sirven a ellos para elaborar sus productos, también se cultivan en extensiones que alguna vez también fueron bosques. Lo que no dicen, es que empresas que venden leche les han apoyado en procesos productivos. Independiente de las razones económicas, ideológicas o religiosas de sus gestores, no es ético hacer negocios desprestigiando los competidores.
En estos jóvenes -no tan jóvenes- ha habido mucha soberbia y también el tratar de convencernos de que la leche es un genérico aplicable a cualquier origen. Esto de llamar leche a lo que no es leche va de la mano, en estos tiempos decadentes, con llamar familia a lo que no lo es, llamar mujer a un hombre, llamar hijo a una mascota, llamar medicamento a la droga o llamar Wallmapu a la Araucanía. La humanidad vive una etapa de su historia en que se pretende refundar todo y eso también se aplica a los negocios, en que todo vale.
El sur de Chile está habitado por miles de agricultores y ganaderos que por siglos han hecho Patria, levantándose a las 5 de la mañana para forrajear sus animales y ordeñar sus vacas, y aparecen unos jóvenes que quieren convencernos de que la leche no es leche o que la leche no es de vaca o que la leche es perjudicial para salud. Bienvenidos los nuevos productos pero con publicidad respetuosa y verdadera. Hay personas que por su religión no comen carne de cerdo, lo que es respetable, pero no por eso todos los que comemos cerdo somos despreciables. Los veganos intentan convencernos de que la carne hace mal y que ellos por ser veganos tiene “mejor salud”. Los juicios por esta disputa de denominación están en desarrollo. Es bueno que estos jóvenes empresarios tengan claro que los productores lecheros, con el apoyo de todos los agricultores y ganaderos de Chile, de los gremios y del mundo rural, no dejaremos de defender la leche de vaca, la que siempre ha sido leche. Hoy pretenden hacernos pasar “gatos por liebres”, expresión que estoy seguro los ya millonarios nuevos emprendedores no entienden su significado. Los abogados ganarán mucho dinero en esta disputa, pero le daré un consejo de un experimentado empresario al colega empresario principal gestor de NotMilk: “Notpelee” con los productores lecheros, le saldrá el tiro por la culata. Busque otro camino, que de seguro le resultara más rentable. El mundo rural unido es imbatible.
Por Andrés Montero J. Ingeniero comercial U de Chile, agricultor y ganadero.
Fuente: elpinguino.com