Los agricultores trabajamos con la naturaleza, y debemos respetar sus tiempos, para lograr producir alimentos de calidad. En nuestro caso, los animales poseen ciclos y necesidades biológicas siempre urgentes, muchas de las cuales son imposibles de postergar. Así, el trabajo en la lechería presenta particularidades únicas, que no son homologables a otros rubros laborales.
De esta manera, durante la discusión de la Ley de 40 Horas laborales, realizamos todos los esfuerzos tanto desde nuestro gremio como desde la Federación Nacional de Productores de Leche, para hacer ver a los parlamentarios y autoridades que el no considerar estas características de la lechería, podría afectar gravemente al rubro y su sostenibilidad.
Sin embargo, y como señalamos en una columna anterior, una vez más vemos como el Congreso y las autoridades gubernamentales no escuchan al agro, resultando en una Ley promulgada que no incorpora ninguna de las sugerencias entregadas por los gremios agrícolas.
Los animales no son máquinas que se puedan apagar, y no tienen horarios rígidos. De esta forma, se hace indispensable adecuar y flexibilizar la normativa a las especificidades del rubro lechero, una actividad integrada en mayor medida por pymes, y que en las regiones de Los Ríos y Los Lagos está íntimamente vinculadas a la economía regional.
Las raíces del sector lechero en la economía birregional son muy profundas: el año 2012, demostramos mediante un estudio que el Índice de Actividad Económica Regional (Inacer), refleja una relación intrínseca con el crecimiento del sector; tanto que si la recepción de leche aumenta en un 10%, el Inacer podría crecer en un 7,5%.
Desde nuestro gremio y Fedeleche, se está analizando como se enfrentará el proceso venidero, pensando en desarrollar charlas con expertos, y reuniones con productores, para abordar juntos la nueva Ley, y volver a presentar nuestros antecedentes y argumentos, para justificar la adecuación y flexibilización laboral en los predios lecheros.
El no avanzar en esta senda, significará un mayor costo, y un gran golpe a la rentabilidad del sector, afectando no solo la economía de dos regiones completas, sino también la calidad de vida de miles de familias sureñas.
Marcos Winkler, presidente, Aproleche Osorno y Fedeleche
Fuente: Diario Austral de Osorno
