El grupo Chilterra, considerado uno de los dos principales productores lecheros a nivel nacional, logró la venia de sus acreedores para iniciar un plan de reorganización financiera y así evitar la quiebra.
Los pasivos del conglomerado superan los US$ 60 millones.
El pasado 4 de octubre, en el Primer Juzgado Civil de Valdivia, se llevó a cabo la junta deliberativa sobre el acuerdo de reorganización judicial de Chilterra S.A. La totalidad de los acreedores mayoritarios aprobaron la propuesta: los bancos Rabo Finance, Itaú y Scotiabank, además de Prolesur, una subsidiaria de Soprole enfocada en el abastecimiento de leche y la fabricación de productos en el sur de Chile. Sólo votó en contra el banco Bice por un crédito valista.
El acuerdo establece –entre otros puntos-un plazo de hasta 18 meses para la venta de los inmuebles de propiedad de la sociedad.
Ahora, se debe esperar la votación de la propuesta de Agrícola Dos Ríos, vinculada al mismo grupo, el próximo 18 de octubre.
En esta sociedad se encuentran radicados la totalidad del plantel lechero y las plantas procesadores del conglomerado.
Según conocedores de las tratativas, la idea es vender en forma conjunta los activos de ambas sociedades, creando unidades económicas independientes de tierra, animales y equipos.
Las sociedades están relacionadas a las familias Ríos Pohl y Ríos Grob, y son asesoradas por el Estudio Castañeda Abogados y por Herman Chadwick Larraín.
Los veedores son Enrique Ortiz y Patricio Jamarne.
Las firmas iniciaron sus operaciones en 1993 en la producción de leche, cría de ganado y explotación agrícola, operando en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y la Araucanía. Un año antes, Ricardo Ríos, ingeniero civil en informática de la U. Santa María, adquirió 200 hectáreas del Fundo Santa Laura en Paillaco. Con el respaldo de su esposa Sandra Grob, partió en el negocio lechero, para luego dar el salto y formar el conglomerado Chilterra.
El empresario replicó en Chile el modelo de lechería neozelandés, que se caracteriza por ser un sistema de alto rendimiento.
Actualmente, el holding cuenta con nueve salas de ordeña, más de 13 mil cabezas de ganado y opera más de 7.200 hectáreas agrícolas. Además, da trabajo directo a más de 200 personas, la mayoría provenientes de comunidades mapuches, según destacan conocedores del proceso.
Las principales razones que llevaron a las sociedades a iniciar estos procesos de reorganización judicial, obedecen a los aumentos de costos de producción y precios de los insumos, originados por la pandemia y por la guerra en Ucrania.
Por J. Troncoso Ostornol
Fuente: El Diario Financiero