GANADERÍA. Las praderas experimentaron un buen rendimiento por las lluvias de enero, pero pese a ello, los agricultores igual deben combinar la alimentación con las alternativas a base de granos, cuyo precio ha subido prácticamente tres veces desde 2020.
La alimentación del ganado es fundamental para conservar los niveles de la producción agropecuaria nacional, ya sea en praderas, que da el sello de calidad a la leche y carne de la zona, así como también en base a concentrados, que en época de escasez son imprescindibles para la mantener una buena nutrición animal, lo cual actualmente se está haciendo difícil para los agricultores, debido al alto precio de este producto.
Un factor que ha contribuido a mitigar, en parte, el encarecimiento de los concentrados ha sido la mayor disponibilidad de forraje en esta temporada, en relación a la anterior, debido a que las lluvias de la primavera y verano mejoraron el rendimiento de las praderas y, por ende, la producción de forraje.
En general, los agricultores están pudiendo mantener al ganado con el alimento que tienen guardado, aunque igual deben complementar y proporcionar concentrado, asumiendo su alto costo. El escenario se torna más positivo para quienes han introducido nuevas variedades forrajeras en sus predios, ya que muchas de ellas presentan buen rendimiento ante la sequía.
PRECIO DE CONCENTRADOS
Al igual que los fertilizantes, el alimento concentrado ha experimentado un alza considerable de precios en los últimos años, por diversos factores.
El director comercial de nutrición de Cooprinsem, Mauricio Teuber, explicó que los precios de este producto registraron una fuerte alza en los dos últimos años, donde en la temporada 2019 el grano costaba un tercio del valor que presenta actualmente.
"Ha sido un alza a través del tiempo, gatillada por diferentes factores, donde primero está el aumento de la demanda por parte de China, la disminución de cosechas, el tema de la pandemia y la falta movimiento de los barcos, con lo que se encarecieron mucho los fletes, que es algo muy importante. Luego llegamos al punto que tuvimos sequía en Brasil y Argentina. Hay un montón de factores que han tendido a subir el precio de los granos, donde también se suma la invasión de Rusia a Ucrania", expresó.
El experto agregó que las grandes alzas de este producto se dieron hace algún tiempo atrás y han estado detenidas, sin embargo, hay incertidumbre sobre lo que pasará en las operaciones y cómo influirá el conflicto entre Rusia y Ucrania en la oferta de granos.
"Hay todo un movimiento que influirá en que los precios sigan al alza, pero no en la magnitud de lo que se ha visto en los dos últimos años", aclaró.
Asimismo, hay un nuevo factor que afecta a este mercado y es el alza en el dólar, ya que la mayoría de los granos y lo que se consume en soya es importado, siendo una proteína muy importante para el consumo animal.
PRODUCTORES
El productor lechero del sector Calo Volcán, en la comuna de Puerto Octay, Alberto Gebauer, comentó que este año la producción de forraje fue bastante buena, incluso mucho mejor que la anterior, por lo que cuenta con lo suficiente para terminar bien este periodo invernal.
El agricultor agregó que en su caso, el forraje con que está alimentado a sus animales en invierno es en base a coles, mientras que en época estival usa raps forrajero.
Sin embargo, indicó que pese a contar con abastecimiento de forraje o de praderas, igualmente está suministrando alimento concentrado, independiente de la época del año en que se encuentre.
Desde el sector de Popoén, en la comuna de Río Negro, el productor lechero Gerardo Geisse explicó que está usando todas las alternativas para alimentar al ganado: desde forraje propio a bolos comprados y también concentrados.
"Lo que va del invierno ha sido, por lo visto, más frío de lo normal. Eso ha hecho que las praderas produzcan poco. He estado comprando forraje, también concentrados", aseveró.
En efecto, las praderas de esa zona, ubicada en el secano costero, tuvieron una menor producción en relación a las de otras zonas de la provincia de Osorno.
Geisse destacó que los concentrados son fundamentales para los primeros días después del parto otoñal de las vacas, por lo que es imposible dejar de comprarlos, pese a su precio de al menos 400 pesos por kilo (en algunos casos sobrepasa ese valor) algo muy distinto a lo que se veía hace unos dos o tres años atrás, previo a la pandemia, cuando costaba alrededor de 200 pesos el kilo.
VISIÓN EXPERTA
El académico del Instituto de Producción Animal de la Universidad Austral de Chile (Uach), Iván Calvache, explicó que tanto la producción como la tasa de crecimiento en las praderas de la zona sur del país, en lo que va de este año, muestran un comportamiento normal en relación al comportamiento histórico de los últimos 5 años.
"Posiblemente se puede destacar algunos comportamientos atípicos, como es una menor tasa de crecimiento observada a fines de otoño, probablemente a causa de una menor temperatura del suelo, en virtud de lo históricamente registrado en la zona sur", detalló.
El experto destacó que este año las condiciones climáticas han sido algo distintas al promedio de los últimos 5 años, registrándose mayores precipitaciones durante enero, lo que fue muy beneficioso para el crecimiento de las praderas, aunque con temperaturas muy bajas en otoño, lo que frenó el crecimiento de estas.
Por otra parte, el académico se refirió a la incorporación de nuevas especies forrajeras, más resistentes al cambio climático, es decir, con mayor tolerancia a la escasez hídrica, donde señaló que en nuestra zona han presentado muy buenos rendimientos bajo condiciones de sequía, con resultados promisorios.
En cuanto a la alimentación que se usa para el ganado vacuno, el experto indicó que las praderas poseen características nutricionales muy distintas en comparación al concentrado, ya que los bovinos que pastorean poseen un valor biológico más alto, otorgando beneficios a la salud humana.
"Un ejemplo es la concentración de ácidos grasos. En su mayoría, la carne de vacuno en base a praderas tiene mejor concentración de estos, lo cual se traduce en mejores características asociadas a la salud humana", concluyó.
- El maíz aplastado para vaca, por kilo, tenía un valor de 330 pesos en diciembre de ese año, mientras que en la actualidad ese mismo producto cuesta 410 pesos el kilo.
- 3 veces más caros están los alimentos concentrados en la actualidad, los que son fundamentales para la producción agropecuaria en tiempos en que las praderas y el forraje escasean.
- 245 pesos costaba el kilo de concentrado para vaca lechera a fines del año pasado, mientras que ahora la misma cantidad de ese producto cuesta 320 pesos.
Por Paola Rojas.
Fuente: Diario Austral de Osorno