Seguir consumiendo lácteos luego de la niñez es una decisión que se debe mantener a lo largo de la vida. Una alimentación saludable contribuirá a un mejor desarrollo y a enfrentar mejor el envejecimiento a través de la nutrición.
Los lácteos son un aporte a la salud cardiovascular, a la formación y conservación de la masa muscular, por su proteína de alta calidad y a la prevención de osteoporosis, ya que su calcio tiene alta biodisponibilidad. ¿Qué significa? Que lo pueden aprovechar mejor.
La hipertensión y diabetes 2, que son frecuentes en personas cada vez más jóvenes, causan problemas graves en adultos mayores. Por lo tanto, es aquí donde destacamos que consumir proteína láctea contribuye a aumentar la respuesta de la insulina en las personas con diabetes del tipo 2, a la vez que los lácteos bajos en grasa se han asociado inversamente con la glicemia y la presión arterial. El consumo de lácteos puede disminuir el riesgo de desarrollar diabetes, ya que ayuda a un mejor control metabólico,
Además, algunos estudios han sugerido que el consumo de productos lácteos se ha asociado con menor riesgo de hipertensión, coagulopatía, enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular, y que contribuye a la función y protección de los riñones.
En el sistema inmune, también se ha observado que la matriz láctea, que es la estructura de nutrientes que posee, contribuye a fortalecerlo. Y, junto a ello, algunos lácteos fermentados contienen probióticos, que ayudan a la microbiota intestinal; contribuyen a mejorar la digestión y absorción intestinal, reducen el riesgo de cáncer colorrectal, como también producen un efecto neutro a protector en el cáncer de vejiga y de mama.
Las 3 porciones diarias de lácteos recomendadas, junto a una alimentación saludable y actividad física permanente, evitando el sedentarismo, pueden hacer la diferencia en una mejor salud de los adultos mayores. Dejar de consumirlos en la adultez por intolerancia a la lactosa ya no es una excusa, debido a que existe una vasta gama de productos lácteos sin lactosa, para que puedan consumirlos sin problemas, accediendo a nutrientes esenciales para su cuerpo.
Es un tema de salud pública y de decisiones de consumo que no pueden ser vistos a la ligera. Nuestra invitación es a ampliar la mirada, basados en que existe evidencia científica que reafirma la importancia del consumo de lácteos en cada etapa de la vida. Es una oportunidad de aportar a la salud de las personas de la tercera y cuarta edad con un alimento sano.
Por Rodrigo Valenzuela Dr. en Nutrición.
Director Comité Científico de Lácteos.