Los lácteos son alimentos importantes de nuestra dieta en el contexto de una alimentación variada y siempre acompañada de la práctica de ejercicio físico regular. La leche y los productos lácteos constituyen un grupo de alimentos completo y equilibrado, ya que proporcionan un elevado contenido de nutrientes en relación con el contenido calórico. Aportan proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono (lactosa), vitaminas liposolubles y minerales, especialmente calcio y fósforo. En INLAC tienen claros sus beneficios a tenor de la extensa evidencia científica, que debe ser suficiente para contrarrestar tantos bulos y fakenews que circulan con argumentos poco razonados.
Existe un amplio consenso entre la comunidad médica y científica, que coincide en apuntar la necesidad de consumir tres lácteos al día en todas las edades, desde la niñez hasta la tercera edad. Así, lo recomendado es ingerir entre dos y tres raciones si hablamos de niños y adultos y entre tres y cuatro en el caso de embarazadas, mujeres lactantes, adolescentes, deportistas o ancianos. Sin embargo, el consumo de los españoles está por debajo del recomendado, lo que se asocia con perjuicios nutricionales y riesgos para la salud.
Además, cumplir con las recomendaciones es muy sencillo: una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). La porción de queso semicurado o curado rondaría los 30 gramos y, la de queso fresco, sobre 60 gramos.
Los lácteos son alimentos de consumo diario y fundamental en las dietas atlántica y mediterránea, al aportar proteínas de alto valor biológico, además de importantes grasas, minerales (siendo la principal fuente de calcio) y vitaminas, tal y como exponen desde el Comité Científico, órgano asesor de INLAC.
Este Comité está conformado por Rosa María Ortega Anta, catedrática de Nutrición y doctora en Farmacia de la UCM; la doctora Rosaura Leis, coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago, líder del GI Nutrición Pediátrica del IDIS y miembro del CiberObn; y la doctora en Químicas, especialista en tecnología de los alimentos y profesora de investigación “ad honorem” del CSIC, Manuela Juárez.
Entre sus ventajas, las proteínas de los lácteos tienen alta calidad biológica, es decir, son altamente aprovechables para el fortalecimiento y el mantenimiento de la masa muscular mientras que el calcio es clave para mantener una buena estructura ósea, para estar activo y en la práctica deportiva, de ahí la importancia de incluir leche, yogur y queso en la dieta de cada día, explican desde este Comité.
Las evidencias para decir “sí” a los lácteos son numerosas. Entre la literatura científica existente, conviene destacar la publicación en 2019 de un suplemento en “Advances in Nutrition”, la tercera revista de Nutrición más importante del mundo, que revisa en profundidad a través de revisiones sistemáticas y metanálisis el valor de los lácteos en la nutrición humana en diferentes situaciones fisiológicas y en la prevención de las enfermedades crónicas. En este suplemento se concluye que la ingesta regular de leche y de productos lácteos se asocia con un mayor crecimiento y menor riesgo de obesidad en la infancia. En los adultos, el consumo se asocia con una mejora de la composición corporal y un riesgo reducido de mortalidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2 así como con menor riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.
Hay mucha y extensa literatura científica tal y como recuerdan desde el Comité científico de INLAC, evidencias científicas que refuerzan el valor de los lácteos y derriban mitos. Así, por ejemplo, se ha demostrado que los consumidores que toman leche no tienen niveles elevados de colesterol, de acuerdo con un artículo publicado en el "International Journal of Obesity", que analizó tres grandes estudios de población con más de 2 millones de personas.
El pasado mes de septiembre, se conocía también un relevante estudio a través de la revista “PLoS Medicine”, que apunta una menor cantidad de casos de enfermedad cardiovascular entre los participantes que tomaban lácteos no desnatados con regularidad, lo que muestra que la grasa láctea no sólo no es perjudicial, sino que tiene enormes beneficios para la población.
Hace unos días, llegaban nuevas publicaciones de enorme interés. Y es que ha transcendido que el aumento de la ingesta de alimentos ricos en calcio y proteínas, como la leche, los batidos, el yogur y el queso, reduce un 33% las caídas y las fracturas en los adultos mayores que viven en residencias, según un ensayo controlado aleatorio publicado por la revista The BMJ.
Con estos antecedentes, los expertos aconsejan mantener pautas de alimentación equilibrada variada, satisfactoria, sostenible y compartida, junto a práctica regular de ejercicio físico, dando prioridad a los productos frescos asociados a la Dieta Mediterránea, en la línea de las recomendaciones de la Fundación Española de la Nutrición (FEN); la Fundación Española del Corazón (FEC) o la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Fuente: https://www.agronewscastillayleon.com/