Alemania tiene 50.581 explotaciones agrícolas con ganado lechero, unas 2.400 menos (o un 4,4%) que en diciembre de 2022.
En un año, el número de vacas lecheras disminuyó un 2,5%, hasta 3,7 millones de animales, informa el centro de información agrícola BZL. La disminución de la cabaña lechera alemana, que comenzó hace ya 10 años, continúa, añade BZL.
Sin embargo, la producción anual de leche por vaca el año pasado aumentó a 8.780 kg en comparación con los 8.504 kg en 2022.
Los productores de leche alemanes, al igual que sus colegas de muchos otros países, se enfrentan a una caída constante en el consumo de sus productos. El año pasado, el consumo de leche en Alemania alcanzó un nuevo mínimo de 46 litros per cápita, otro 1% menos que el mínimo histórico de 2022, según BZL.
Además, los alemanes compraron y consumieron 23,8 kg de queso per cápita, frente a los 24,6 kg del año anterior, mientras que el uso de manteca y grasa láctea disminuyó un 1,4% hasta 5,56 kg por habitante.
La lenta caída de los precios de la leche y los productos lácteos en las tiendas, junto con el aumento de las ventas de alternativas de origen vegetal, contribuyeron a una mayor caída del consumo de lácteos, afirma BZL.
El sindicato de agricultores Deutscher Bauernverband teme que la tendencia a la baja continúe este año. Durante el Foro de la Leche 2024 en Berlín, el vicepresidente Karsten Schal comentó: “Este año, el número de granjas lecheras en Alemania caerá por primera vez por debajo de las 50.000. A finales del año pasado, el número de vacas lecheras se encontraba en el nivel más bajo desde la reunificación de Alemania. Todo el sector está muy preocupado por los planes de transición. La situación reciente en el negocio de la leche y en conjunto pueden caracterizarse por una gran incertidumbre. Incluso cuando el mercado está relativamente tranquilo, nos enfrentamos a muchos desafíos, como las exigencias cada vez mayores en materia de bienestar animal y protección del clima, los cambiantes hábitos de consumo de los clientes y una burocracia insoportable”.
Fuente: OCLA del newsletter de Dairy Global por Ruud Peys