Los holandeses tienen una larga y bien documentada afición por el queso. El mismísimo Julio César lo mencionó en el año 57 a.C. en su relato de las guerras galas, Bellum Gallicum.
El queso también aparece en muchos refranes holandeses. Un insulto frecuente es kaaskoppen, lo que equivale a llamar a alguien cabeza de queso. Si un holandés te dice que "no has comido queso" de algo, significa que no lo entiendes.
Pero el aumento de los costes y los problemas de abastecimiento han provocado el encarecimiento del queso, lo que ha golpeado duramente a una nación enamorada de este producto.
A principios del siglo XXI, había 300 granjas de queso en Países Bajos.
Según los últimos datos de la organización neerlandesa de la cadena de suministro de productos lácteos ZuivelNL, Países Bajos produjo 963.000 toneladas métricas de queso en 2020, de las que exportaron dos tercios.
Pero los neerlandeses también consumen una gran cantidad de queso a nivel nacional. En 2020, consumieron alrededor de 26 kilos de queso per cápita, según este mismo informe. Por eso, la subida de precios del último año ha sido tan dura para los hogares del país.
Según Tuncay Ozguner, director de Zijerveld, filial de la cooperativa láctea FrieslandCampina, los precios del queso han subido entre un 30 % y un 40 % respecto a hace un año.
FrieslandCampina es uno de los 10 mayores productores de leche del mundo y es responsable de más de la mitad de la producción de queso a nivel nacional.
"Ahora mismo, un kilo de queso sin procesar cuesta 5 euros, el año pasado eran 3", cuenta Ozguner sobre el Gouda, un queso amarillo de leche de vaca que es uno de los tipos de queso más populares en Países Bajos y el más exportado.
El aumento del precio se debe a varias cosas, estima Ozguner. "En la granja, todo es más caro: el ganado, los salarios de la gente, la energía. Todo eso hace que el queso se haya encarecido".
También hay una oferta relativamente baja de leche, lo que ha hecho subir el precio del ingrediente más importante del queso.
Para un kilo de queso, se necesitan 10 litros de leche. El año pasado, un litro de leche costaba 35 céntimos, pero ahora el precio ha subido a 50 céntimos. Así que el precio de un kilo de queso ha subido 1,50 euros ya solo por esa razón.
Una de las razones de la escasa oferta de leche es la política medioambiental de Países Bajos, comenta Ozguner.
El Gobierno está comprando sus granjas a muchos granjeros neerlandeses en un intento de reducir la contaminación, como ha informado The Guardian.
"Menos ganaderos significa menos leche y eso hace subir los precios", explica Ozguner.
Sin embargo, los portavoces de FrieslandCampina y Albert Heijn, una de las mayores cadenas de supermercados de Países Bajos, afirman que no se observa una menor demanda de queso a pesar de la fuerte subida de precios.
"La demanda sigue siendo fuerte y creciente", prosigue Ozguner. "La gente sigue siendo fiel a sus preferencias. No se está produciendo un gran cambio. El queso es una parte esencial de la dieta de la gente, no un bien de lujo. Es como la pasta de dientes, se necesita".
En Ámsterdam, en la quesería Kees kaas del Dappermarkt, Anne-Lynn Dietz vende 200 kilos de Gouda cada semana.
Cuenta a Business Insider que su queso ha subido recientemente de precio, de 12 a 13 euros por kilo, pero que no ha notado ningún cambio en las preferencias de los consumidores.
"Cuando el queso se encarece, la gente entra en pánico y compra quesos más baratos o cantidades más pequeñas. Pero cuando se dan cuenta de que los precios han subido también en todo lo demás, vuelven a sus antiguos hábitos", explica Dietz.
Joeri Bos, propietaria de Wereldse kaas van Klaas, otro puesto del mercado de Dappermarkt, dice que la tienda vende 600 kilos de queso a la semana.
Cuñas de diferentes tipos de queso en Werelde kaas van Klaas, un puesto en el mercado de Ámsterdam. Jeremy Meek / BI
"Hemos subido los precios recientemente y vamos a aumentarlos más en el próximo mes. Hemos visto que algunos clientes han dejado de venir a la tienda por este motivo o compran en menor cantidad", explica Bos.
IRI Nederland, una empresa que recoge datos sobre comportamientos de compra, ha señalado recientemente que, en los 4 primeros meses del año, el volumen de queso vendido en Países Bajos descendió un 6 % mientras que los precios subieron justamente otro 6 %.
Según la empresa, el fin de las restricciones por el coronavirus también puede haber influido, ya que la gente consume menos queso ahora que durante los confinamientos.
Fuente: https://www.businessinsider.es/