Capacitación continua: una necesidad estratégica para el mundo agrícola

Capacitación continua: una necesidad estratégica para el mundo agrícola

Gentileza: Javiera Muñoz S.

El mundo agrícola y ganadero está cambiando. Y lo hace a una velocidad que muchas veces nos sorprende. El clima ya no se comporta como solía hacerlo, la tecnología abre nuevas puertas todos los días, y las exigencias para producir con calidad y seguridad son cada vez mayores. En este escenario, la experiencia —aunque valiosa— ya no basta por sí sola. Necesitamos sumar conocimiento. Mirar hacia adelante con humildad y apertura.

Hoy más que nunca, la formación continua se presenta como una gran aliada. No como una obligación impuesta, sino como una oportunidad para crecer, adaptarnos y enfrentar los desafíos con mayor confianza. No se trata solo de saber más, sino de trabajar mejor, de cuidar lo que hacemos y a quienes lo hacen posible.

Un estudio de Montblanc Consulting y la Comisión Nacional de Productividad (2021), mostró que las empresas más productivas del país le otorgan una importancia total a la capacitación efectiva. Sin embargo, aún son pocas las que logran implementar estas instancias de manera consistente.

Datos recientes de BUK (2025) también muestran una realidad que nos invita a reflexionar: solo 4 de cada 10 personas han participado en formación técnica, a pesar de que una amplia mayoría reconoce lo útil que ha sido aprender cosas nuevas. Esa brecha entre lo que valoramos y lo que realmente hacemos nos recuerda que aún hay espacio para avanzar, especialmente en un sector tan esencial como el agro.

En nuestra región, donde la tierra es generosa y el trabajo es fruto de generaciones, enfrentamos desafíos que requieren preparación: el uso responsable del agua, el manejo de plagas en condiciones cambiantes, el dominio de tecnologías cada vez más sofisticadas, y el cumplimiento de estándares que aseguren la trazabilidad y la inocuidad de nuestros productos. No es fácil, pero es posible. Y la capacitación puede marcar la diferencia.

Más aún, saber puede significar proteger. En faenas donde se mezcla el trabajo físico con maquinaria y productos químicos, la seguridad laboral depende, muchas veces, del conocimiento. Una buena capacitación puede evitar accidentes y cuidar la salud de nuestros equipos.

Creo profundamente que el mayor tesoro del campo son las personas que lo trabajan. Sus manos, su esfuerzo, su dedicación. Por eso, más que un llamado, quiero dejar una invitación: pensemos en la formación continua como una herramienta de cuidado. De cuidado por lo que hacemos, por cómo lo hacemos, y sobre todo, por quienes lo hacen.

Raimundo Küllmer González, Director SAVAL F.G.

Fuente: https://www.australvaldivia.cl/