Hace unos días se conformó la Mesa regional de la leche, una instancia de diálogo y de coordinación convocada por el seremi de Agricultura de Ñuble, en la que participan representantes de los productores, a través de Aproleche Ñuble; y de la Universidad de Concepción. En las próximas reuniones, la autoridad espera sumar a más actores públicos.
El sector lechero en Ñuble se ha ido reduciendo gradualmente durante las últimas décadas. Si en los años noventa se estima que había más de 70 lecherías en la región, hoy son cerca de 24, la mayoría medianas, aunque también hay grandes y pequeñas, con distintos niveles de adopción tecnológica y de gestión
Desde el gremio de productores apuntan a diversos factores para explicar la reducción, entre ellos, la concentración de la industria en pocos actores, con el consiguiente efecto en los precios; pero también la competencia por el uso de suelo, donde destaca la irrupción de los frutales, así como la multiplicación de las subdivisiones, lo que ha hecho que no pocos opten por rubros más rentables o terminen vendiendo. También hay un proceso de recambio generacional que ha tenido un duro impacto en las actividades agropecuarias.
Como gran marco de estos procesos hay dos elementos clave: la falta de una política pública de fortalecimiento de la agricultura que trascienda los gobiernos, de hecho, hoy existe una desprotección del sector; y por otro lado, la apertura comercial de Chile que se consolidó con la firma de tratados de libre comercio, lo que favoreció la importación de productos lácteos a precios competitivos.
Por eso, aquellos productores que subsisten son los más comprometidos con esta forma de vida. Son precisamente aquellos que defienden las ventajas de Ñuble como zona productora, apuntando al clima, la disponibilidad de praderas y agua, el conocimiento y una ubicación estratégica respecto de los principales centros de consumo.
Sin embargo, en la región operan apenas cinco plantas procesadoras, por lo que muchos lecheros deben vender su producción a plantas de otras regiones, grandes empresas nacionales que manejan incluso su distribución.
En este contexto, un desafío para los productores locales es, sin duda, ser capaces de procesar esa producción, lo que supone grandes inversiones en equipos, en infraestructura y en capital humano, con un alto riesgo inherente al rubro, cada vez más golpeado por el cambio climático y las alzas de los costos de producción, principalmente insumos y laborales. Dado lo anterior es que la asociatividad asoma como un elemento clave para abordar el desafío de la agregación de valor, de manera de integrar la cadena de valor.
Por ello se valora la instalación de esta mesa regional, dado que permitirá generar diagnósticos, pero también estrategias, de la mano de la academia y del sector público, que puedan conducir a mejoras en la productividad, a un mayor acceso a capital o a nuevas alianzas, como por ejemplo, la conformación de una empresa asociativa que le saque partido a las economías de escala.
Frente a mercados altamente concentrados, como la industria láctea, el rol del estado puede ser crucial en el fomento de la asociatividad y de la libre competencia, favoreciendo con ello a los consumidores, pero también a los productores.
Fuente: https://ladiscusion.cl/mesa-regional-de-la-leche/