INIA y el valor de la colaboración. Así se titula la nota en la que Nestlé Chile destaca el aporte que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) está haciendo a su iniciativa global de Agricultura Regenerativa, un nuevo modelo que busca proteger y restaurar las tierras de cultivo y su ecosistema, mejorar los medios de vida de los agricultores, su resiliencia y el bienestar de las comunidades vinculadas a la producción de materias primas e insumos necesarios para producir los alimentos.
En el video que acompaña la nota, la directora regional de INIA Remehue, Natalie Urrutia, resume el trabajo que está realizando INIA.
A continuación, el texto de Nestlé:
Hoy nuestros suelos son cada vez menos adecuados para el cultivo por efecto del aumento de la temperatura, la erosión, cambios bruscos de sequía a inundaciones y nuevas plagas. A raíz de esto, según la ONU, en el mundo se pierden 23 hectáreas cultivables por minuto.
Este es un problema que afecta a toda la industria alimentaria y en especial en categorías altamente sensibles para la nutrición humana como lácteos y cereales ¿Qué podemos hacer frente a esto?
En esa línea, Nestlé Chile se ha enfocado para contribuir a través de la transferencia tecnológica y en cuya tarea sumó como un gran aliado al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Este es un vínculo de largo plazo que está permitiendo agregar más capacidad de innovación y adaptación a la producción de alimentos, con proyectos que aportan a reducir emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando la salud y fertilidad del suelo en el que se producen las materias primas de la compañía.
Dicho trabajo, bajo el concepto de agricultura regenerativa, se inició en 2021, con la entrega de apoyo y asesoría técnica a productores de leche fresca del sur para la incorporación de estas prácticas en sus predios, con un modelo que incluye la entrega de recursos y acceso a fondos concursables para su implementación.
Además, este trabajo en alianza entre Nestlé e INIA incluye el acompañamiento a tres fundos que, a la fecha, iniciaron su transición para convertirse en “Granjas Cero Emisión Neta” o carbono neutrales.
Visto todo lo anterior, es evidente que la transición hacia un modelo regenerativo requiere los pies en la tierra, porque regenerar significa transformar las prácticas del agro para integrar otras nuevas, que en el caso de la producción de leche fresca, se reflejan en tareas como el manejo del pastoreo, uso de cercos e imágenes satelitales o cambios en la formas de ordeña.
De igual modo se avanza con capacitación para el aprendizaje de técnicas de fertilización del suelo usando purines, que es una forma de integrar los residuos de la lechería al campo para que esos nutrientes regresen al suelo como abono.
Pero esta alianza con INIA no se circunscribe sólo a los productores de lácteos. En 2023 la compañía inició un piloto que se desarrolla en predios de agricultores en las regiones de Maule, Ñuble y La Araucanía, orientado a integrar prácticas regenerativas en cultivos de cereales, avena y cebada. Lo anterior resulta relevante, considerando que cerca del 75% de todo el trigo que consume Chile se siembra en esta zona del país.
Fuente: https://www.diariofutrono.cl/