Este 01 de junio es el día mundial de la leche, uno de los alimentos más sobresalientes que nos brinda la naturaleza, que está presente desde nuestros primeros segundos de existencia y muy probablemente nos acompaña a lo largo de toda la vida.
Podemos reconocerla por su destacable valor nutricional, por tener la propiedad de conectarnos con nuestra memoria emotiva, con el cuidado y la protección y por supuesto y lo más visible, por tejer en torno a ella una virtuosa cadena de valor productiva.
Cada vez que en Nestlé declaramos nuestro propósito, que es desarrollar todo el poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida, hoy y para las futuras generaciones, conectamos con lo anterior, ya que formamos parte de esa cadena de valor desde nuestro origen como compañía.
Hace más de 180 años que nuestro fundador, Henri Nestlé, desarrolló un revolucionario alimento infantil llamado “Farine Lactée” (harina lacteada), enfocado en aportar una solución a niños que no podían ser amamantados, contribuyendo a bajar la tasa de mortalidad infantil de aquella época.
Ese legado revolucionario para la alimentación del mundo nos insta a proyectarnos con una visión desafiante sobre el rol que Nestlé cumple en el contexto actual, tomando acción frente a las necesidades de abastecimiento futuro de leche, así como la manera de producir para la preservación de nuestro planeta.
En nuestro país el 100% de la leche que ocupamos para fabricar nuestros productos proviene de campos del sur, donde trabajamos con más de 500 productores lácteos, quienes nos proveen de cerca de 350 millones de toneladas de leche al año, materia prima esencial para nuestros yogures, postres, leche en polvo, leche condensada y manjar, entre otros deliciosos y nutritivos productos de Nestlé.
Nuestras fábricas en Osorno, Llanquihue, Los Ángeles y Macul reciben la leche en una cadena productiva que hemos llevado al más alto estándar para que sea cero residuos, así como el uso de energía que proviene en su totalidad de fuentes renovables.
Y vamos más allá. Hace dos años que tomamos la decisión de iniciar nuestra transición hacia un sistema agroalimentario regenerativo, que nos permita proteger y restaurar tierras de cultivo, mejorar medios de vida de agricultores y el bienestar de comunidades vinculadas con nuestra producción de materias primas, de manera que, a 2025, logremos que el 20% de nuestros ingredientes claves sean producidos mediante prácticas regenerativas.
Esta tarea también ha mostrado avances positivos en el impacto al medio ambiente, ya que, por ejemplo, la sustitución con el uso de biofertilizantes en la producción lechera nos permitió reducir 4.500 toneladas de CO2 en 2022, lo que es fruto de un trabajo colaborativo con más de 300 productores lecheros que ha sido notable.
Andrés Eyzaguirre, Director de Asuntos Corporativos y Legales Nestlé Chile.
Fuente: Diario Lechero