Como familia, ya son 5 generaciones las que han producido leche en el fundo Llanquihue. Les contamos su caso de éxito involucrando; nutrición, innovación y sustentabilidad.
Es una historia que se remonta a los primeros colonos del Lago Llanquihue, cuyos fundos invariablemente eran una línea recta que tenía a esta enorme masa de agua como límite natural y como vía de comunicación. Y que marcó los sistemas productivos, donde se repetían los largos desplazamientos de las vacas hasta el ordeño, prácticamente bajo las faldas del cerro.
En el sector Totoral, la familia Neumann ha producido leche desde siempre, relata Constanza. Sus padres, ambos médicos veterinarios, se hicieron cargo del plantel lechero Overo Negro que tenía su abuela. Su madre, Ximena Leal, fue seleccionando genéticamente una línea hasta llegar a vacas que hoy son 100% Holstein, con una producción estandarizada de sobre 10 mil litros.
La historia reciente del fundo Llanquihue es la que se escribe tras muchos años de una línea productiva que un día los hizo preguntarse si seguían o no en el rubro. Hoy, como empresa familiar, esa decisión los hizo impulsar su historia productiva. Esto es lo que nos cuenta Constanza Neumann, MV y encargada de la administración del predio. Hace 3 años, la encrucijada era complicada: seguir o cambiar de rubro. Su padre, Carlos, ya estaba medio desencantado con el rubro, en que estaban pasando por un momento de bajos precios con un plantel de unas 200 vacas, que están en un área de unas 120 hectáreas productivas. “Teníamos que tomar una decisión. Producir leche ya no era rentable y la forma de poder continuar era dar un salto y crecer. Decidimos seguir en la leche y lo que nos reforzó era que estaba trabajando acá, en que probablemente si mi padre hubiera estado solo, no habría seguido”, recuerda.
Se sentaron a la mesa y proyectaron. Analizaron cuáles eran los cambios que había que hacer para continuar. Como proveedores Nestlé de toda la vida, le plantearon a la industria la necesidad de tener una ayuda para seguir. “Como teníamos mucha producción de leche, con el sistema de alimentación que teníamos nuestros sólidos eran muy bajos. Eso nos castigaba mucho el precio, teníamos un plantel que producía leche como en la zona de Los Ángeles, pero no teníamos el precio de la zona de Los Ángeles. Entonces, entregábamos más kilos de sólidos, pero no nos pagaban esos kilos. Ahí, la empresa nos dio su apoyo a través de su área agropecuaria y comenzamos a hacer distintos cambios, que se tradujeron en lo que hoy es Llanquihue".
Por ejemplo, cambiaron la sala de ordeña, que era de jaula, con sistema electrónico y collares, con alimentación en sala, en que diferenciaban por día de lactancia y por producción de leche. “La vaca mientras más leche daba, le dábamos más concentrado, con un rango entre 2 a 8 kilos. Con eso, perjudicábamos mucho a las vacas de cola, en que a la medida que las vacas se iban secando y terminando su lactancia, se le iba quitando concentrado. Como no todas tenían la misma alimentación, se iba perjudicando un poco a esas vacas”.
TIEMPO DE CAMBIOS
El primer hito fue decidirse a subir el plantel, con la meta de llegar a 400 vacas en leche. Previo a eso, también pasaron de carro forrajero a un carro mezclador, para seguir con el proceso de innovación. Se agregó la eliminación de la sala de ordeña que tenían por 2 salas nuevas con doble pozo, aportadas por Serlac, junto con terminar con la alimentación en sala. “Hoy todas las vacas reciben la misma ración en el patio de alimentación. Nuestro sistema productivo, si tuviéramos que definirlo, es un sistema súper intensivo, pastoril pero también semiestabulado. El consumo de la dieta lo hacen un 60%-70% en el patio y el resto lo consumen afuera”.
El foco se puso en que el sistema tiene que ser muy intensivo, para sacar provecho a las hectáreas disponibles, pero recordando que el pasto es muy importante en un período corto entre septiembre a diciembre, cuando baja la calidad del agua. En el otoño, dice, hay pasto, pero el contenido de materia seca era bajo. “Le perdimos un poco el susto de tener o no tener pasto. Hicimos un giro en la alimentación y nos fijamos la meta de producir toda la comida que necesitamos durante el año, sobre la base de maíz y ensilaje de pradera”. En 2021 pusieron 40 hectáreas de maíz, que para un plantel de 350 vacas anduvo bien, pero que tendrán que aumentar para alimentar a 400 vacas. El maíz ha tenido muy buen resultado, aunque un evento de granizo en enero les provocó daños, pero pudieron recuperarse hasta el momento de la cosecha. En los últimos 3 años se ha logrado un cambio notorio. Llanquihue pasó de tener un promedio de 1.800.000 litros con una suma de sólidos de 7 y este año entregarán sobre 3 millones, con una suma de sólidos de prácticamente 8.
Intensificaron con alimentos propios y con consumo directo de la pradera en su peak. Entregan ensilaje de maíz durante todo el año, junto con buscar emparejar la cantidad de partos. “Nunca hemos tenido una cantidad de partos muy marcada, obviamente primavera y otoño se marcan naturalmente, pero dejamos la práctica de detener la inseminación en verano y ahora lo hacemos todo el año, para repartir los partos y ojalá tener los litros de leche muy parejos. Apuntamos a recuperar el invierno, para crecer tuvimos que dejar de vender vaquillas y salimos a comprar, tratando de meter vaquillas con parto de otoño. Ese cambio se notó este año, sin muchas diferencias entre otoño y primavera.
LA HISTORIA DE CONSTANZA
El arraigo de Constanza por el campo lo ha tenido desde niña, su sueño era volver a trabajar en el campo familiar, como también era el anhelo de sus padres. Pero, al regresar, decidió trabajar fuera durante un par de años, de modo de conocer otras realidades productivas. Se dedicó a la capacitación en calidad de leche para una empresa de insumos de lechería.
“Así te ayuda a conocer la realidad de otros. A veces uno se ciega y, como dice el dicho, los árboles no te dejan ver el bosque. Me dí cuenta que éramos más ordenados que la mayoría”, destaca. Se casó, tuvo a su primer hijo y, tras algunos años, volvió al campo. La recepción fue buena. La transición no fue simple, no porque fuera el campo familiar, iba a ser distinto, con horarios claros y con muchas responsabilidades. Constanza apoyó como veterinaria, administradora y ayudando en todo, labor en la que lleva casi 10 años. Hoy se dedica al 100% a la administración del campo y su padre volvió a salir al campo, que es lo que le gusta, con funciones muy definidas. “Trabajamos muy en conjunto, cada uno tiene sus roles, estamos haciendo un trabajo bonito. Debe ser muy rico para mi padre que lo esté apoyando, hemos hecho hartas cosas juntos y esperamos que nos resulte. Este cambio que logramos estos 3 años está dando frutos”.
Hoy la vaca del fundo Llanquihue es 100% Holstein, grande, de unos 700 kilos en promedio. Por años se seleccionó por tipo y ahora se hace por funcionalidad. Para crecer, tuvieron que comprar vaquillas preñadas y aprovecharon de exportar terneras a China. Esa decisión les ayudó a crecer y a ordenar el proceso, sin tener que hacer una inversión tan grande. Siempre se seleccionó por patas, porque por mucho tiempo las vacas subían y bajaban un recorrido largo hasta la sala. Hoy se selecciona por salud, luego por sólidos y leche. “Hoy tratamos de no seguir creciendo en altura, pero sí en sólidos y leche, con la salud como primera elección”.
Los toros de inseminación seleccionados son principalmente americanos y daneses. “El bienestar animal siempre ha sido muy importante. Un año, aunque no éramos proveedores de Soprole, ganamos un concurso en este tema. Siempre nos hemos preocupado de tener buenos caminos, tenemos un callejón donde ocupamos conchilla cocida de choritos, que nos ayuda a tener un camino acolchonado y mullido para las vacas. Aprovechamos un producto que tenemos muy cerca y que ha andado muy bien”, resume Constanza.
Con sus colaboradores han tenido un cambio generacional. Varios trabajadores venían desde la época del abuelo de Constanza y se han ido retirando. Las nuevas tecnologías, como el Dataflow, comercializado por Serlac, que ayuda a conocer rumia, actividad, salud y celo del plantel, les han abierto nuevas oportunidades para ir aprendiendo el uso de estas herramientas, para lo cual se están preparando como equipo. Junto a ello, el cambio de sala les ayudó a bajar una hora el proceso de ordeño y con el doble de vacas, dice Óscar Medina, administrador del fundo.
La fertilidad de los suelos es muy buena, reconoce, ya que se ha hecho un trabajo en el tema por muchos años. Se aprovechó el sistema SIRSD, que les ayudó mucho a aportar al suelo. Junto a ello, compraron recientemente un carro purinero Pichon, que reemplazó el sistema de aspersión por carrete y ahora pueden acceder a más sectores del predio.
El riego es un tema donde quieren mejorar. El año pasado lo hicieron con carrete y, de acuerdo al análisis que quieren hacer como empresa, están evaluando cómo hacer cambios que lo hagan más eficientes.
La suplementación mineral de sus animales lo realizan con SANO desde más de 3 años, desarrollando formulaciones de especialidad para vacas en lactancia y preparto." A nosotros nunca nos falta nada y eso es una solución, no estamos preocupados por la llegada de los productos. Es una pega menos. Y eso se agradece”.
“Trabajamos muy cerca de Christoper Vega, agrega Constanza, quien nos ayuda a ser una contraparte para ir revisando lo que estamos haciendo con nuestras dietas, nos asesora en lo técnico. Eso ha impactado positivamente. Al principio, cuando hicimos el cambio de alimentación, cuando el computador le iba quitando alimento a las vacas, la condición corporal de ellas al secado, no era la mejor. Llegábamos al período de transición con vacas muy flacas y no se alcanzaban a recuperar y eso se notaba en la lactancia”.
El apoyo técnico se notó en que se empezó a secar vacas con una mejor condición corporal. Pero, comenzaron a sobreengordar en ese período seco. “Ahí SANO nos ayudó mucho, sobre todo a controlar el tema de la cetosis con sus productos, hicieron mediciones de pH y seguimiento. Pasamos de tener un 50% de las vacas con cetosis al parto y ahora prácticamente desapareció”.
Para Óscar Medina, el apoyo técnico de Christoper Vega es notorio, con presencia permanente en el predio, “siempre nos está consultando sobre dudas y requerimientos, además que siempre están entregándonos lo que necesitamos. La asesoría técnica es muy buena y eso nos ayuda mucho, hay un muy buen apoyo”. A veces, dicen, son tantas las tareas del campo que, un acompañamiento profesional como el de SANO ayuda mucho a solucionar los inconvenientes que se producen.
En lo técnico, los avances que quiere compartir comenzaron con la crianza, en que las vaquillas estaban demorando mucho en llegar al primer parto. Eso se solucionó, dice, con manejo y alimentación. “Fueron haciendo cambios en crianza y hoy están con 24 meses de edad al primer parto. Ese avance se ve en las terneras. Se hicieron los cambios ante el requerimiento hecho por Constanza.
Otro desafió técnico fue desarrollar núcleos funcionales que permiten suministrar los minerales, vitaminas y aditivos que exige este tipo de rebaño, destacando en este sentido la DL - Metionina protegida, Mepron, entre otros aditivos. “Como veterinario, nuestro mensaje es que siempre hay que mantener el equilibrio productivo y la salud”, resalta.
MEDICIÓN DE CARBONO
Hoy están trabajando para ser una de las primeras lecherías carbono neutral de Chile. Este es un programa que es impulsado por Nestlé, industria que se comprometió a tener este estatus al 2050. Junto a otra lechería de la provincia de Osorno, el fundo Llanquihue es uno de los primeros predios que están midiendo sus procesos y participando en el programa. “Nestlé está trabajando en estas granjas piloto para poder replicarlo en otros predios. Como empresa, estamos en proceso de transición, es reciente. Estamos trabajando junto a INIA y Nestlé en este proceso de medición, en una etapa en que estamos viendo lo que emitimos, lo que reducimos y ver cuál es la huella real que tenemos”. Una vez que tengan la información, buscarán las medidas que se pueden ir tomando para ir reduciendo emisiones y buscar llegar a cero.
Participar en este programa, dice, les ayudará para tener todos los números sobre la mesa y hacer los cambios que sea necesario. “Para nosotros, la sustentabilidad es aprovechar todo lo que se hace en el campo. Nos ayudó mucho en la agricultura regenerativa, por ejemplo, que desde hace muchos años no usamos arado, no dar vuelta al suelo, aprovechar lo que tiene, regenerar la pradera y no romperla. Fertilizamos más eficientemente, con buenos resultados, con uso de purines en todo el campo”.
EL FUTURO
La historia la están escribiendo. Los planes en el corto plazo son llegar a 400 vacas todo el año, con partos todo el año, que es lo que puede soportar el predio. “Queremos aprovechar al máximo todos los meses la capacidad que tenemos y este fin de año ojalá lleguemos a las 400 vacas”. También quieren modificar la ternerera para avanzar como predio. Lo otro es la próxima entrega del patio de preparto, para tener las vacas estabuladas al 100% y aquí se hará la división de la dieta de la vaca seca y preparto. “Nuestra meta es ser lo más eficientes posible, lo que a largo plazo nos puede llevar a muchas cosas. Hay muchas ideas. El avance que hemos dado nos tiene contentos”.
FUNDO LLANQUIHUE EN CIFRAS
- 350Vacas en ordeño
- Sala marca:Serlac
- 3Millones de litros
Por: Hardy Avilés | Septiembre 12 de 2022 | Fundos
Fuente: https://infortambo.cl/