Estudio además demostró que esto impacta en un aumento de producción y calidad de la leche. Esto se puede conseguir con una menor masa forrajera disponible prepastoreo, para lo cual es clave utilizar la pastura antes de que madure y se endurezca.
'Un manejo del pastoreo que favorezca la producción de praderas de mejor calidad nutricional en primavera constituye una estrategia viable de mitigación de metano entérico', dice Camila Muñoz, quien lideró un estudio realizado en Osorno, por Inia Remehue.
A través de la mediciones pudieron determinar que el uso de este tipo de alimento puede reducir hasta en 11% las emisiones de metano de planteles lecheros por cada kilo de leche producido, lo que se logró al trabajar con una masa forrajera prepastoreo de 2.400 kg MS/ha en comparación con la pradera de masa forrajera de 5000 kg MS/ha.
Además, el pasto de mejor calidad nutritiva resultó en un mayor consumo de forraje y un aumento en la producción de leche cercano al 11%, con una tendencia al incremento en la concentración de proteína en la leche, dice la especialista.
Evaluando la emisión de metano
El metano es un gas con un potencial de efecto invernadero 28 veces mayor que el dióxido de carbono, y los rumiantes, por su proceso digestivo, son responsables de alrededor del 30% de las emisiones mundiales de metano de origen antropogénico.
'A nivel global se están evaluando estrategias para reducir sustancialmente las emisiones de este gas por unidad de producto, es decir, la intensidad de emisión de metano, sin comprometer la creciente demanda de alimentos como la leche y carne', dice Camila Muñoz.
El metano, generado por el rumen del vacuno y que se emite a la atmósfera a través del eructo, genera una pérdida de entre el 2% y 12% de la energía de la dieta consumida, factor que no solo impacta la eficiencia de los sistemas de producción ganadera, sino que también al medio ambiente.
'Esta pérdida reduce la eficiencia de los sistemas de producción ganaderos. En los últimos tiempos se han realizado esfuerzos por disminuir la producción de metano de los rumiantes, por su contribución al cambio climático', dice Muñoz.
La investigadora añade que la cantidad de metano que emite un rumiante dependerá del tipo de animal (tamaño, tasa de crecimiento, estado fisiológico, nivel de producción) y de su dieta (nivel de ingesta, tipo y calidad del alimento).
Para ver el impacto de la pradera de mejor calidad, realizaron un ensayo de dos períodos, durante los cuales un grupo de 12 vacas pastoreó primero la pradera de masa forrajera baja y luego la de masa forrajera alta, y el otro grupo de 12 vacas siguió la secuencia inversa, con lo que todos los animales pastorearon las dos calidades de pradera.
'Cada período tuvo una duración de tres semanas. La pradera era de ballica (Lolium perenne), y la oferta diaria de forraje fue de 20 kg de materia seca por vaca para ambas calidades de pradera, la cual se obtenía ajustando la superficie de pastoreo', dice Muñoz.
Por su parte, las emisiones de metano entérico se determinaron individualmente durante la última semana de cada período utilizando la técnica de gas trazador hexafluoruro de azufre (SF6), en la que las vacas portan collares de PVC al vacío que capturan continuamente una muestra del aire exhalado y eructado por los animales.
Las muestras de aire incluyen, dentro de otros gases, los gases metano y el gas trazador SF6, cuyas concentraciones son determinadas en el laboratorio.
Beneficios no solo ambientales
Muñoz explica que, para lograr este resultado, los productores deberían buscar trabajar con una menor masa forrajera, evitando la maduración de la pradera, es decir, consumiendo la pradera cuando esta tenga dos a tres hojas, en el caso de ballica, ya que esto se relaciona con una mayor digestibilidad y concentración de proteína cruda y menor concentración de fibra detergente neutro y de fibra detergente ácido.
Muñoz explica que se utilizaron 24 vacas Holstein Friesian multíparas divididas en 2 grupos a las que se les ofreció 2 diferentes calidades de pradera.
Por Rolando Araos Millar -
Fuente: El Mercurio - Revista del Campo