Hasta un 80% de la población española no toma la cantidad de calcio necesaria, un porcentaje todavía mayor en el caso de niños y adolescentes. Así lo señala un estudio de 2017 elaborado por la Fundación Española de Nutrición (FEN), la Fundación Iberoamericana de Nutrición(FINUT) y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).
El informe recuerda que uno de los motivos de que un porcentaje tan elevado de la población no alcance las cifras de calcio recomendadas por la OMS (unos 1.000 mg diarios en mujeres y 1200 mg en hombres) es la reducción drástica del consumo de leche. Así pues, según los investigadores la leche y sus derivados siguen siendo la mejor fuente de calcio de la dieta atendiendo a dos criterios fundamentales: la cantidad que contienen y su calidad por ración.
En calcio es fundamental para numerosas funciones del organismo. Según explica Xavier Nogués, jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital del Mar, en Barcelona, este mineral "aporta a las células de nuestro cuerpo una carga eléctrica que favorece su movilidad y que el organismo utiliza para diversas funciones, entre ellas, por ejemplo, la conductividad a nivel cardiaco". Esto significa que "el calcio que el cuerpo necesita para su correcto funcionamiento, una cifra que se sitúa alrededor de los 1200 mg diarios, se encuentra en las células y se almacena en los huesos".
Por utilizar una metáfora simple, el doctor señala que "el esqueleto es un granero en el que se guarda el calcio y este grano se encuentra en la sangre". Puede ocurrir, y de hecho es bastante frecuente, que al no alcanzar el consumo diario que las células necesitan para realizar correctamente sus funciones "estas echen mano de la reserva de calcio del esqueleto y es cuando se dan enfermedades que pueden ir desde la osteoporosis hasta la osteomalacia, esta última infrecuente en Occidente".
Diferencias: Un vaso de leche tiene 200 mg de calcio, mientras que una leche enriquecida puede llegar a los 320 mg
Cuando se produce esta situación, "el esqueleto va deteriorándose poco a poco, de manera que si se sospecha que la ingesta no es la adecuada conviene revisarlo en unas analíticas y tomar las medidas necesarias en el caso de que exista un déficit". Estas medidas pasan por diseñar mejor la dieta, teniendo en cuenta que si no se incluyen lácteos hay que buscar otras fuentes y que, si se consumen, se debe ingerir la cantidad suficiente teniendo en cuenta que un vaso de leche contiene unos 200 mg de calcio. Conviene ser especialmente rigurosos en el caso de las mujeres, ya que "el disbalance en los estrógenos que tiene lugar durante la menopausia puede dar lugar a un déficit de calcio, de manera que puede ser recomendable tomar alimentos enriquecidos que puedan paliar esta situación", señala el doctor Nogués. En el caso de los hombres, "este déficit también se da, pero más tarde"
Por tanto, teniendo presente que un vaso de leche tiene, como decíamos, 200 mg de calcio, una leche enriquecida con calcio puede llegar a los 320 mg, de manera que en el supuesto de que la dieta incluya pocos lácteos, se esté en periodo de menopausia en el caso de las mujeres o las analíticas indiquen un déficit de calcio se puede optar por consumir estos productos. "Lo ideal es que en la dieta se puedan combinar los lácteos con algunas fuentes de calcio vegetales, pero a veces puede resultar complicado en el caso de las personas vegetarianas cubrir las necesidades solo con una dieta basada en vegetales", señala el doctor, quien recuerda que aunque el sésamo, por ejemplo, contiene una buena cantidad de calcio es complicado llegar a una ingesta elevada. En estos casos, "hay que hacer un estudio y considerar la posibilidad de suplementarlo si fuese necesario"
Un factor importante que determina tener unos niveles adecuados de calcio es la vitamina D. Por tanto, a la hora de determinar si existe riesgo de déficit es importante valorar los niveles de esta vitamina. "Sin vitamina D no se absorbe correctamente el calcio, de modo que si existe un déficit sostenido este puede afectar también a los huesos", explica el doctor Nogués.
Pese a que se encuentra en determinados alimentos, como el pescado azul, el huevo o la carne roja, entre otros, esta vitamina se sintetiza en su mayor parte a través de los rayos solares, de manera que la exposición al sol es fundamental. Teniendo en cuenta que la población está cada vez más concienciada sobre los aspectos negativos del sol y tiende a proteger la piel cuando se expone, los casos de déficit de vitamina D entre la población española van en aumento. Según el artículo Deficiencia de vitamina D en España. ¿Realidad o mito?, publicado en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral, con los datos disponibles "se confirma que existe una insuficiencia y aún franca deficiencia en la población española en todas las edades estudiadas y en ambos sexos, similar a la existente en todo el mundo incluyendo regiones muy soleadas y a la existente en otros países de la cuenca del Mediterráneo con similares posibilidades de exposición al sol".
Estudio: 4 de cada 10 habitantes menores de 65 años y 8 de cada 10 entre los mayores de esta edad sufren un déficit de vitamina D
Esta situación se traduce en un peor tratamiento para la osteoporosis: "la evidencia disponible indica que, además de un aporte insuficiente de calcio, niveles séricos inadecuados de vitamina D disminuyen potencialmente la respuesta a los tratamientos para la osteoporosis", señala el estudio. Concretamente, 4 de cada 10 habitantes menores de 65 años y 8 de cada 10 entre los mayores de esta edad sufren un déficit de vitamina D, según el estudio Hormona D en 2021. Retos y estrategias ante el déficit generalizado en la población, impulsado por Fundamed, con la colaboración de FAES Farma.
Uno de los primeros signos de una posible osteoporosis son las fracturas. "Las roturas de muñeca tras una caída, sobre todo en mujeres, pueden ser síntoma de que se padece osteoporosis. Esta se puede diagnosticar tras una densitometría y a partir de los resultados prescribir un tratamiento", explica el doctor Nogués, que entre los factores de riesgo para la osteoporosis apunta "una baja ingesta de calcio, alcoholismo o tabaquismo". En cuanto a la osteomalacia, que es el reblandecimiento de los huesos que se produce fundamentalmente por el déficit de calcio y fósforo, es menos frecuente y suele requerir un tratamiento transversal que suele incluir la suplementación de estos minerales, así como de vitamina D.
Fuente: lavanguardia.com