Todos crecimos consumiendo leche y los productos que de este gran alimento provienen. Es por esto que se hacen imprescindibles a lo largo de la vida, toda vez que sus nutrientes tienen total injerencia en el crecimiento y desarrollo. Al tratarse de un superalimento, bien puede ser incluido en cada comida, por lo que cinco porciones diarias, atienden los requerimientos que el personal médico hace en función del desarrollo infantil y la nutrición en la edad adulta.
En este sentido, una merienda con productos lácteos, garantiza los nutrientes necesarios adecuados que van a reponer las calorías que se consumen en las actividades diarias, de allí la importancia de crear loncheras más saludables.
Según señala Asoleche de Colombia, un 40% de los niños no logra ingerir la cantidad recomendada de lácteos, mientras que sólo un 26% de la población en este país, ubicada en el rango de los 5 a los 64 años, cumple con las exigencias de consumo para su nutrición.
Cabe anotar que la leche está entre los diez alimentos de más consumo en el país, forma parte de la alimentación balanceada, no obstante, como se advirtió anteriormente, el consumo diario por persona, suele estar por debajo de lo recomendado. Es por esto, que desde el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural se ha dado inicio a la campaña “Mejor de mi tierra” en donde se invita a todos los colombiano a apoyar el agro colombiano y los productos del sector como es la leche.
Este alimento que cuenta con facilidad para integrarse con aditivos que la cambian notoriamente, pero conservando su base nutricional, puede encontrarse en bebidas como el yogurt, que se obtiene de su fermentación, cambia de textura, sabor y presentación, pero finalmente es un lácteo que con otros aditivos es fácil de digerir y delicioso.
Estudios indican que el cuadro nutricional de un individuo debe contener siempre leche y sus derivados, cuando este consumo no es óptimo, difícilmente cubre las necesidades diarias de calcio que requiere su organismo.
Cada etapa de la vida tiene variaciones en la ingesta de estos productos, por lo que desde el nacimiento y hasta los seis meses, un niño solo debe consumir lactancia materna, por constar de los nutrientes necesarios en ese periodo.
Una vez se supera esa edad, los alimentos que se le ofrezcan pueden llevar derivados lácteos especiales, y después de los 2 años, las porciones incluirán queso, yogurt y otras bebidas lácteas fermentadas.
En la adultez, la leche y todos aquellos alimentos que la contienen, serán pertinentes para proporcionar energía y contribuir a la formación de masa muscular. Lo más recomendable es el consumo de 2 ó 3 raciones diarias.
Como las mujeres embarazadas hacen parte de un segmento donde la necesidad de calcio aumenta, debe ir en consonancia con el consumo de este tipo de alimentos, que a su vez evitan la aparición de enfermedades como la osteoporosis.
Los adultos mayores son una población en la cual el consumo de lácteos contribuye a mantener sus niveles de Vitamina D, de la misma forma infiere en la salud muscular que ya empieza su declive en esos años.
Con esta estratificación, queda evidenciado que el consumo de leche y sus derivados debe estar incluido en la dieta diaria, es el motor para niños y adultos y la variedad de alimentos que los contienen, es garantía para disfrutarlos siempre.
Fuente: https://www.vanguardia.com/