Un metanálisis realizado por investigadores del Instituto Karolinska revela una inesperada asociación entre el consumo de productos lácteos no desnatados y la incidencia de accidentes cardiovasculares. En el examen de los niveles séricos de ácido pentadecanoico (APD), un biomarcador de ingesta de grasas procedentes de lácteos, se constató que los niveles más elevados de APD en una cohorte de más de 4000 individuos se asociaron a menor riesgo cardiovascular, siendo esta relación lineal. Una similar correlación inversa con el riesgo fue también observada con los niveles circulantes de ácido heptadecanoico, pero no con los del ácido trans-palmitoleico.
El nivel de APD también se asoció a una reducción no lineal de la mortalidad por cualquier causa, con un beneficio máximo alrededor de la mediana de las concentraciones de APD. Matti Marklund, director del estudio, afirma que éste se diferencia de otros previos en los que los participantes típicamente registran su ingesta en diarios, un método poco fiable, ya que con frecuencia es difícil conocer la cantidad de productos lácteos contenidos en ciertos alimentos. En contraste, la determinación de APD representa una medida objetiva de la ingesta de este tipo de productos. No obstante, Marklund subraya que a pesar de los más de 16 años de seguimiento, la medición de APD en la mayor parte de los estudios analizados tuvo lugar solamente al inicio, lo que puede distorsionar el nivel real de exposición a los ácidos grasos.
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