Durante los últimos años se vienen implementando una serie de medidas que reflejan el compromiso asumido por el sector lácteo con la sustentabilidad. En particular, destaca la contribución de los productores de leche y sus cooperativas en el uso eficiente de los recursos y en reducir de forma significativa los impactos en el medio ambiente, conservación de los ecosistemas y protección de la biodiversidad.
Desde el uso de nuevas tecnologías que permiten mejorar la eficiencia y sustentabilidad en la alimentación de vacas lecheras, pasando por la gestión de los purines (recolección, almacenamiento y utilización), reducción en el uso de fertilizantes químicos, mejoras en la salud animal y la crianza; ganadería de precisión, economía circular y manejo de prácticas que apuntan a reducir los gases de efecto invernadero son aspectos que se trabajan en la sustentabilidad lechera.
Estas series de prácticas para contribuir y ayudar a abordar el calentamiento global y así hacer un futuro más sostenible conlleva niveles de inversión importante, lo que, en muchos casos, puede dificultar su implementación en un corto plazo.
En este sentido, la adopción de prácticas y tecnologías sustentables supone considerar por parte de los formuladores de políticas públicas y la industria la gran variabilidad que existe entre los productores de leche, su tamaño y ubicación geográfica para proporcionar un marco regulatorio y de entorno que reconozca la importancia económica, social y ambiental, y por supuesto, su contribución clave en el cumplimento de los objetivos de producir alimentos nutritivos para hoy y para las generaciones futuras de manera sostenible.
Desde Fedeleche hemos encarado este desafío trabajando activamente en estudios que sustenten la información. Así, hemos apoyado pioneros de balance de carbono en predios agrícolas y ganaderos, identificando medidas de mitigación y estrategias que fortalezcan la generación de sistemas de producción carbono neutrales al año 2050. El estudio logró determinar que existen predios en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos con más capturas de Gases de Efecto Invernadero que emisiones, por lo tanto, son carbono neutral y a diario utilizan prácticas que mitigan y mejoran la eficiencia productiva.
Otra investigación en proceso va a demostrar que la incorporación de algas en la dieta de nuestras vacas disminuye la emisión de gas metano en un alto porcentaje. La información basada en ciencia sólida demuestra lo que nosotros constatábamos en terreno hablando de la realidad de la lechería chilena, donde, efectivamente, nuestros sistemas productivos captan más carbono que emiten, especialmente, en cuanto a la captación que se realiza por parte de las praderas, bosques, frutales y árboles que existen en los predios lecheros.
El sector seguirá invirtiendo en investigación, aplicación y certificación de las mejores prácticas y continuará explorando todos los mecanismos económicamente viables que fomentan la cuantificación y la reducción de los GEI, demostrando que estamos haciendo un aporte al planeta, y en equilibrio con la sostenibilidad económica y social del sector.
Con toda la evidencia generada, cuantificada y consolidada en los estudios realizados y en curso demuestra y avala, que las vacas no son las causantes del calentamiento global y más aún contribuyen a tener un medio ambiente más sustentable.
Fuente: Revista Campo Sureño