Dos países vecinos, con tratado de libre comercio recientemente renovado (junto con México), pero aún divididos por la leche. El quid de la cuestión es la gestión de la producción, es decir, el sistema de cuotas con el que Canadá controla el suministro de leche desde la década de 1970, así como los huevos y las aves, y protege el mercado interno mediante la aplicación de aranceles sustanciales a las importaciones.
Es obvio que los vecinos del sur se burlan del sistema por el cual la Comisión Canadiense de Productos Lácteos fija el precio de la leche pagado a los ganaderos cada año. Más aún, sin embargo, se ven afectados por la aplicación de altos aranceles aduaneros que dificultan su deseo de exportar productos lácteos al país vecino. Los 9.739 granjeros de Canadá, la mayoría de Quebec y Ontario, cuya producción de leche asciende a 5.540 millones de dólares al año, defienden el sistema de gestión de la oferta porque estabiliza los ingresos; esto con el apoyo de casi todos los partidos políticos.
La oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos apela al acuerdo comercial entre los EE. UU., México y Canadá (USMCA) que en 2020 reemplazó al acuerdo NAFTA, que prevé disposiciones para las facilitaciones aduaneras también en la leche y los productos lácteos. Según la autoridad estadounidense, Canadá utilizaría un enfoque injusto para determinar las cuotas asignadas en virtud del acuerdo USMCA, restringiendo efectivamente la cantidad de operadores que pueden usar las cuotas en lugar de ponerlas a disposición de todos, incluidos los revendedores y distribuidores. Por su parte, el Ministro de Comercio de Canadá ha manifestado que se opone a esta posición.
La cuestión de la gestión de la producción en relación con la estabilización de precios también es relevante para los acuerdos comerciales internacionales. En 2002, un panel de la OMC apoyó el argumento estadounidense de que el sistema de apoyo a la leche de Canadá viola sus obligaciones comerciales, por lo tanto, la limitación a las exportaciones de productos lácteos. Las críticas estadounidenses también vienen acompañadas de voces internas que argumentan que el rígido sistema de gestión de la oferta productiva impide que Canadá sea un gran exportador de leche como lo es de carne y cereales, pero también que se traduce en un nivel de precios a mayor consumo.
¿Cuál es la vista correcta? ¿Liberalización total del mercado o gestión de la oferta? Probablemente no haya una opción correcta, sino un camino apropiado para contextos y sectores específicos en momentos específicos.
Fuente: OCLA del newsletter por CLAL.it por Leo Bertozzi