Es probable que la producción mundial de leche aumente en general en 2023, aunque se espera una ligera disminución en la segunda mitad, según las últimas estimaciones de Rabobank.
Se espera que la producción de leche en las regiones productoras clave crezca un 0,7 % interanual en 2023 en comparación con la disminución del 0,9 % en 2022. Esta última estimación se ha rebajado del 1 % cifra de crecimiento publicada anteriormente. El aumento del sacrificio de animales en los EE. UU., las condiciones climáticas desfavorables en Nueva Zelanda, Brasil, Argentina y los precios más bajos de la leche en la UE servirán para limitar el crecimiento de la producción.
Se pronostica que la producción de leche de EE. UU. crecerá un 1,1 % en 2023. El sacrificio ha aumentado recientemente a medida que los márgenes se redujeron, por lo que se necesitarán mayores rendimientos para lograr el aumento general de la producción. Para el primer trimestre de 2023, se espera que las entregas de leche en la UE y el Reino Unido aumenten alrededor de un 1,2 % interanual. En Brasil, se prevé que la oferta aumente un 1,5 % en el primer semestre de 2023, mientras que es probable que otras regiones sudamericanas experimenten una producción reducida. Se espera que la producción de leche en Nueva Zelanda se contraiga alrededor de un 1,5 % para la temporada completa 2022/23, mientras que en Australia es probable que no se produzca un crecimiento hasta al menos 2024. China también se une al vagón de una menor producción esperada en 2023.
También se espera que la demanda sea menor hasta 2023, ya que las perspectivas de la economía mundial siguen siendo sombrías. El consumo de los hogares se está deteriorando con el aumento de la inflación. En China, es probable que la demanda de importaciones se mantenga lenta hasta el tercer trimestre, ya que cuenta con amplias existencias. Sin embargo, más recientemente, ha habido cierta mejora en las importaciones luego del final de su política de cero covid.
Con una demanda lenta y una mejor producción de leche en las principales regiones productoras, es probable que los precios disminuyan a corto y mediano plazo. Los mayores costos de producción y la escasez de mano de obra seguirán pesando sobre el crecimiento de la producción. El pronóstico a más largo plazo sigue siendo impredecible a la luz del escenario macroeconómico incierto, los márgenes agrícolas más ajustados y el menor gasto de los consumidores.
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