En Nueva Zelanda, el gobierno quiere que los granjeros paguen un impuesto por las emisiones de su ganado, en lo que se conoce como el 'impuesto pedo'. Esto se refiere principalmente al metano, un gas de efecto invernadero, liberado por los pedos, eructos y excrementos del ganado.
El sector agrícola es responsable de más de la mitad de las emisiones de Nueva Zelanda, y el impuesto espera contribuir al objetivo de neutralizar el clima para 2050 y reducir las emisiones de metano en un 10 por ciento para 2030.
El sector es uno de los últimos sectores en Nueva Zelanda en pagar por las emisiones. El país cuenta con un sistema de comercio de emisiones desde 2008, pero los agricultores no han tenido que participar hasta ahora. Hay más de 50.000 granjas en toda Nueva Zelanda, con más de 10 millones de vacas y 26 millones de ovejas.
El sector agrícola representa más de la mitad de las exportaciones, siendo Nueva Zelanda el mayor exportador de productos lácteos del mundo.
Fuente: https://www.euronews.com/