Es crucial la forma en que los distintos actores de la cadena de producción láctea vislumbran y proyectan la hoja de ruta para los próximos años, enfocándose incluso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sin duda, en los dos últimos años ha quedado de manifiesto la importancia del sector productor de alimentos para el resto de la población. El temor de que las grandes ciudades quedaran desabastecidas fue extinguiéndose, mientras los distintos rubros y gremios involucrados en la cadena agroalimentaria generaban protocolos y adaptaban su forma de producción en pos de no cortar la cadena de suministros.
En este sentido, es destacable el aporte del sector lechero nacional, que va más allá de solo proveer una materia prima de calidad. La cadena de producción láctea genera grandes beneficios especialmente sobre cuatro áreas claves, como los territorios, las comunidades y el progreso de las poblaciones rurales, la nutrición humana, y finalmente la economía y el agregado de valor a la sostenibilidad ambiental y el bienestar animal. Respecto a este tema, un estudio recientemente publicado por la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE) nos muestra que la cadena láctea de la región aporta al desarrollo económico de los territorios y al progreso de las poblaciones rurales, generando empleos de calidad y aportando productos con un valor nutricional único e indispensable para los seres humanos. Además, en América Latina la producción y el consumo de lácteos tienen un rol muy importante en la economía y la alimentación de cada hogar.
Otro factor relevante a considerar es que la agricultura familiar campesina es liderada por mujeres y jefas de hogar, y en el rubro lácteo la creación de empleo para mujeres también es muy importante lo que demuestra el rol que puede jugar la lechería para achicar las brechas de género en el sector rural latinoamericano.
Por otra parte, y referente a los pilares que tienen relación con el medio ambiente y el bienestar animal, es claro que son fundamentales para el desarrollo y esto lo ha hecho saber la sociedad. El hacerse cargo de los desafíos del cambio climático y enfocar el desarrollo desde el punto de vista del cuidado del medio ambiente y el ganado, son actualmente actividades clave. Y es por ello que el aporte de los sistemas basados en la pradera al bienestar animal, al ciclo del carbono y la mitigación de las consecuencias negativas de los gases de efecto invernadero deberían ser uno de los hitos a resaltar.
Según el estudio de FEPALE las emisiones unitarias provocadas por el sector lácteo han disminuido un 11 % entre 2005 y 2015. Desde el punto de vista del agua, y tomando en cuenta el panorama de escasez hídrica, la producción lechera está basada prácticamente en un 100% en sistemas de secano (dependientes exclusivamente del agua de lluvia). Ello hace que, desde el punto de vista de la economía del agua, estos sistemas de producción sean muy eficientes.
Finalmente resaltar que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) trabaja estrechamente estrechamente con el sector privado en todos estos ámbitos, desde la producción primaria hasta la agregación de valor de productos, comprometiendo las distintas áreas nacionales de investigación, desarrollo y transferencia tecnológica, e impulsando el desarrollo sustentable de la cadena láctea nacional.
Autor: Nicolás Pizarro Aránguiz, médico veterinario, Doctor en Ciencias Agropecuarias, investigador en inocuidad alimentaria, Área Nacional Alimentos del Futuro, INIA Remehue.
Fuente: https://www.diariolechero.cl/