Luego de nueve meses consecutivos de acumular resultados negativos, en abril pasado la cadena láctea argentina comenzó a mostrar claras señales de recuperación para luego registrar en mayo un valor neto creado de $1.278 millones, es decir dejó de perder dinero, según lo indica un informe elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea (Ocla).
Según se desprende del análisis sectorial, en mayo pasado la facturación de la cadena láctea alcanzó los $ 78.033 millones, lo que representa un crecimiento del 4,1% con el mes anterior y del 57,2% en el comparativa interanual, cuando la inflación en el mismo período fue del 48,8%.
En este marco, el Observatorio lácteo detalla: “los ingresos de la cadena se vinieron recuperando ya que estaban restringidos en el plano interno por precios máximos y precios cuidados y un consumo similar al año anterior. En el mercado externo, los mejores precios internacionales, incentivaron las exportaciones que crecieron un 21,5% en litros equivalentes entre enero-mayo 2021 respecto a igual período anterior”.
Lo cierto es que el escenario es distinto para el productor tambero que para la industria y así lo remarcan el Ocla: “En el sector primario, aunque los precios percibidos en mayo, superaron a la inflación y al tipo de cambio, no fueron suficientes para generar resultados positivos ya que los costos se incrementaron muy fuertemente debido a los precios de la soja y el maíz (aumento de costos de alimentación y arrendamientos). El sector industrial que traía un gran retraso en los precios del mercado doméstico, fue logrando una importante recuperación, incluso una mejora del mix de ventas y con un consumo sostenido, lo cual le permitió obtener “en promedio” mejoras en los resultados con una gran variabilidad entre empresas en función a tamaño/eficiencia, mix de elaboración y destinos comerciales”.
En cuanto a las perspectivas para el mediano plazo parecen ser más que alentadoras tanto para el sector primario como el industrial. En primer lugar, el informe remarca que en función a como vienen evolucionando los precios de la leche al productor y la disminución de los precios de maíz y soja “es altamente probable que los resultados del sector primario vuelvan a retomar valores positivos”.
En segundo término, respecto a la industria aquí los datos suministrados por el sector indican que este año terminaría en niveles de facturación récord por exportaciones en torno a los u$s1.300 millones, por algo más de 300 millones de litros de leche. En tanto, la producción total crecería en torno al 3%, en un contexto en el que el mercado interno está muy bien abastecido pero que desde hace años no muestra un crecimiento sostenido en el consumo.
Panorama empresarial
Lógicamente, teniendo en cuenta la suba de los precios internacionales de los productos lácteos, la mayor demanda internacional y en el mercado interno la desarticulación del Programa Precios Máximos, la segunda mitad del año mostraría números favorables para las empresas del sector lácteo que operan en la Argentina. Justamente, en este contexto las firmas locales mostraron importantes movimientos.
Por caso, Nestlé acaba de lanzar al mercado local sus leches en polvo orgánica y A2 para lo que desembolsó alrededor de u$s16,5 millones en tres años. La firma de origen suizo es una fuerte jugadora en la argentina en el segmento lácteo con siete plantas industriales y alrededor de 2.500 empleados, busca con este lanzamiento no solo abastecer el mercado interno sino también a exportar a países de la región. Incluso su CEO en la Argentina, Gian Carlo Audry, detalló que durante la pandemia se incrementó localmente el consumo de leche y además se logró crecer en exportaciones.
Por su parte, continúa dando vueltas en el sector la posibilidad de un resurgimiento de la que supo ser una de las empresas lácteas más importantes de la Argentina: SanCor. Tiempo atrás, un grupo de inversores acercó una propuesta para hacerse cargo de la Cooperativa inyectando efectivo. En tanto, el Gobierno también estaría interesado en que la cooperativa láctea retome la senda de crecimiento y muchos de los proyectos con auxilio del Estado no habrían podido avanzar ante el recrudecimiento de la pandemia.
Lo cierto es que SanCor podría resurgir de sus cenizas en breve, y la mejora en los indicadores del negocio mucho tienen que ver.
Mientras tanto, a pesar de los impedimentos judiciales, la firma ARSA, que en la práctica supo ser el negocio de postres y yogures de SanCor y hoy pertenece al grupo Vicentin, cambiaría fehacientemente de manos en breve. Lo compradores serían los actuales dueños de la empresa láctea La Suipachense, que en los últimos años comenzó un proceso de expansión, con mayor presencia en las góndolas locales, lo que le permite actualmente estar procesando alrededor de 6 millones de litros de leche al mes. De esta manera, nacería un nuevo gigante lácteo.
Diario Ámbito Financiero
Autor: Yanina Otero
Fuente: https://portalechero.com/