Como tantas veces, volvemos una vez más a la situación de terrorismo y violencia que azota la Araucanía, pero ahora, con el mayor sentido de urgencia. ¿Cómo se sentiría usted si a las siete de la mañana, lo despiertan 11 encapuchados armados, y lo obligan a abandonar su hogar, incendiando por completo el esfuerzo de generaciones, con el objetivo de generar terror? Esto pasó, y sin duda, le puede pasar a cualquiera en la llamada zona roja de Chile.
Según la Fiscalía Regional de la Araucanía, los atentados en esa región subieron un 69% en 2020 con respecto al año 2019 pese a la pandemia, sumando 122 casos, y en lo que va del año 2021, se indagan 16 incendios asociados a violencia rural, el doble que el año pasado a esta fecha. Asesinatos, predios usurpados, camiones incendiados, armas de grueso calibre, narcotráfico, robos, barricadas y saqueos, y en medio de todo esto, chilenos tratando de producir alimentos en el marco de una crisis sanitaria sin precedentes.
Lo único que solicitamos y por lo cual trabajamos, es que se cumpla el Estado de Derecho en el sur de Chile, para poder producir y vivir en paz. Sin embargo, vemos que la situación en la Araucanía se encuentra en la actualidad absolutamente fuera de control. El incendio que afectó a la casa familiar de Carolina García, fue una de las últimas gotas que cae en este vaso rebalsado, y ha obligado nuevamente al Gobierno a dar declaraciones, con “supuestos” compromisos concretos.
Así, el presidente Sebastián Piñera, convocará a un gran acuerdo por la Araucanía, junto con buscar que la Ley Antiterrorrista sea «más eficaz y más útil que la que hoy tenemos»; una ley que permita combatir «con mayor eficacia el narcotráfico; una ley «para proteger mejor nuestra infraestructura crítica»; sacar adelante la ley Juan Barrios, que endurece las penas de quema de camiones y buses; y una ley de usurpación de predios «para que las sanciones sean acordes a la gravedad de ese delito».
Desde nuestro gremio, demandamos que estas iniciativas no se queden solamente en meras declaraciones o buenas intenciones, sino que se cumplan a la brevedad; y conminamos al Congreso y a nuestros representantes, a responder con la altura que requieren las circunstancias, aprobando urgentemente estas importantes leyes para nuestro país.
Por Marcos Winkler, presidente de Aproleche Osorno AG.
Fuente: https://www.australosorno.cl/