Reducir las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) desde el sector agrícola y mejorar el perfil de ácidos grasos en leche (calidad del producto) mediante la inclusión de algas pardas en la dieta de vacas lecheras a pastoreo es el objetivo detrás del proyecto Fondecyt, que recientemente se adjudicó el investigador Ignacio Beltrán del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), Inia Remehue, en Osorno.
Este estudio, que es parte del quehacer del grupo de Impacto Ambiental de Inia, permitirá entregar información importante vinculada al sector pecuario con el acuícola, ambos de gran relevancia regional y nacional.
En Chile -explica Beltrán- el sector agrícola es la segunda fuente de emisión de gases con efecto invernadero (11% del total emitido, muy por debajo del sector energía con 78%).
“La ganadería es responsable del 50% de las emisiones agrícolas. Por ende, es importante el desarrollo de estrategias nutricionales que permitan reducir las emisiones de GEI”, precisa el investigador, quien además recalca que “los consumidores están conscientes de la calidad de los alimentos que consumen prefiriendo aquellos saludables y producidos con un mínimo impacto sobre el medio ambiente”.
IMPACTO
Existen dos potenciales beneficios asociados a la inclusión de algas pardas en la dieta de vacas lecheras a pastoreo en el sur del país: mitigación ambiental y productivo. La primera –explica el experto- se basa en el potencial que tienen las algas pardas de reducir las emisiones de gases contaminantes del medio ambiente.
“Existe la posibilidad de reducir las emisiones de metano entérico (GEI) y, por otro lado, de óxido nitroso (GEI) y amoníaco (contaminante del aire y fuente indirecta de óxido nitroso) desde la orina de vacas lecheras a pastoreo, ambos gases provenientes de la alta excreción de N en sistemas pastoriles”, aclara.
En tanto, el impacto productivo radica en su potencial efecto sobre el perfil de ácidos grasos en leche, aumentando el contenido de ácidos grasos insaturados, los cuales han sido asociados con un menor riesgo de padecer enfermedades coronarias, sin alterar la producción de leche.
La idea de este proyecto es entregar el alga como un aditivo a la dieta basada en pradera. “El objetivo es incluirla a una baja dosis en la dieta, con la finalidad de no afectar el consumo de materia seca ni la respuesta productiva de los animales”, explica el experto.
ALGAS PARA LA NUTRICION ANIMAL
En zonas costeras, es común ver a rumiantes “pastoreando” algas que llegan a la orilla de la playa, especialmente en los periodos de escasez de pradera (verano). Sin embargo, -aclara Beltrán- su uso en alimentación de vacas lecheras de forma comercial ha sido poco explotado en nuestro país. A nivel mundial -dice- el uso de algas en vacas lecheras se ha realizado con el objetivo de reducir las emisiones de metano entérico, con resultados muy positivos en cuanto a su mitigación. No obstante, su aplicación a nivel predial requiere más investigación en cuanto al desarrollo industrial de las algas.
PRODUCCIÓN DE ALGAS
Alejandro Buschmann, investigador del Centro i-mar de la Universidad de Los Lagos, quien es parte del proyecto, explica que en Chile se explotan poblaciones naturales de algas para su proceso en el país o para su exportación como biomasa seca.
“En Chile hemos tenido experiencias de cultivo de varias especies de algas y si existe una demanda y con un valor que permita sostener la producción podemos sustentar esta industria. No obstante, se necesita de una revisión de algunas normativas toda vez que el cultivo de algas tiene lógicas productivas muy diferentes al de la acuicultura animal”, dice.
CARACTERÍSTICAS NUTRICIONALES
¿Qué características nutricionales tienen las algas pardas que generan interés en la lechería? Beltrán explica que las algas pardas son ricas en florotaninos, los cuales tienen la capacidad de unirse con la proteína dietaria, reduciendo así su degradabilidad a nivel ruminal.
“Esto es de interés en sistemas pastoriles, donde el alto contenido de N de la pradera y su moderado aporte de energía, son la combinación perfecta para reducir la utilización del N a nivel ruminal, lo cual aumenta la excreción de N urinario al ambiente. El N urinario, a diferencia del N en las heces, es de rápida disponibilidad en el suelo, siendo rápidamente perdido como amoniaco, nitrato y oxido nitroso”.
El investigador recalca que mediante la inclusión de algas pardas en la dieta es posible reducir la excreción de N urinario y, con esto, las emisiones de amoniaco y óxido nitroso. Adicionalmente, los taninos (grupo al cual pertenecen los florotaninos) han sido asociado con cambios en la calidad de la leche y emisiones de metano entérico.
Fuente: http://www.camposureno.cl/