La pandemia de la COVID-19 acelerará el cambio estructural en curso que tiene lugar en el sector lácteo, plantea un trabajo de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale).
De acuerdo con la organización el impacto del COVID-19 ha variado entre países y ha puesto en marcha un considerable ajuste estructural.
Es el caso de los consumidores que ahora son más sensibles y conscientes de las ventajas de la seguridad, la salud y la funcionalidad de los productos lácteos, además del conocimiento de la trazabilidad de los productos que adquieren.
Por esa razón y para las industrias lácteas exportadoras, se elevarán los requisitos sanitarios y los niveles de trazabilidad para satisfacer a los consumidores cada vez más preocupados por la seguridad de lo que comen y beben.
Así mismo, el coronavirus está remodelando los hábitos de los consumidores haciendo que ahora las compras en línea sean mucho más grandes y la digitalización se estabilizará a un nivel mucho más alto, según el estudio.
La pérdida de la demanda de productos lácteos en restaurantes y otros establecimientos de servicios de alimentos debido a la pandemia conduce a generar cambios en la estrategia comercial y en la cartera de productos en los procesadores de lácteos en busca de minimizar los riesgos.
Las ideas del enfoque cualitativo sugieren que los efectos de la pandemia van más allá de los impactos a corto plazo y probablemente afectarán la trayectoria a largo plazo del sector lácteo hacia el logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Señala el informe que los gobiernos han introducido una serie de mecanismos para mitigar los efectos del shock en el sector lácteo por la pandemia. Una de las medidas más importantes ha sido la exclusión del sector de las restricciones de movimiento en términos de transporte, empleados y mercancías.
Otras estrategias de respuesta se han centrado en activar la ayuda para el almacenamiento, los programas de responsabilidad de apoyo al mercado, los bancos de compra y distribución de alimentos y la promoción de campañas de consumo.
“Si bien algunos países se han movido rápidamente para establecer mecanismos específicos para ayudar al sector lácteo, otros aún están explorando posibles medidas de apoyo. En la región, entidades de productores e industriales han solicitado líneas de financiamiento y aumento de presupuestos en las compras de lácteos por parte de los Estados”, señala la Fepale. (Lea: Fepale urge a Gobiernos de la región a salvar al sector lácteo)
Los miembros de la cadena privada de productos lácteos exigirán a los gobiernos una agenda para rediseñar herramientas o programas que mitiguen los impactos en el mercado de estos eventos negativos de una manera más ágil y efectiva, ya sea para la generación o financiamiento de existencias de productos lácteos de intervención o la regulación de suministro en establecimientos lecheros.
Las medidas de respuesta requeridas para abordar adecuadamente los efectos de esta pandemia van más allá de la capacidad de los gobiernos y han exigido la movilización del esfuerzo de colaboración entre los diferentes actores de la cadena productiva. A pesar del impacto inmediato de COVID-19, se pronostica que el impacto macroeconómico persistirá durante algún tiempo y, en algunos casos, requerirá un mayor ajuste en el sector, concluye el estudio.