En su primera columna en el Diario Lechero, el destacado investigador, hoy académico de la Universidad de Los Lagos, analiza los retos del sector lechero y de los nuevos alumnos de Agronomía de esta casa de estudios.
La Universidad de Los Lagos, la única universidad pública regional, el 30 de marzo 2020 abrió sus puertas a la primera ‘camada’ de estudiantes de la nueva Carrera de Agronomía.
Se trata de un anhelo de muchos años, que se vio materializado gracias a la visión y acción decidida del rector y las máximas autoridades universitarias y que contó con el apoyo y contribución de los principales actores de las cadenas ganaderas y agrícolas de la zona sur incluyendo a productores lecheros, dirigentes y a representantes de la industria.
Después de más de 40 años en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), como investigador en el área de mejoramiento genético de papa y luego como directivo regional y nacional, la vida me dio la oportunidad de seguir vinculado al sector agroalimentario a través de la Universidad de Los Lagos en su sede de Osorno. El Rector de la Universidad, Don Oscar Garrido Álvarez, en marzo 2019, me invitó a coordinar el equipo que debía dar vida a la nueva carrera de Agronomía, formulando el proyecto que finalmente fue aprobado por el Consejo Superior de la Universidad en Diciembre de 2019.
Nuestra carrera busca formar nuevos profesionales ingenieros agrónomos, con competencias para enfrentar los desafíos de la ganadería y la agricultura moderna, potenciando la innovación y la sostenibilidad ambiental y económica del sistema, con compromiso y responsabilidad social, enfrentando el gran reto de adaptarnos al cambio climático y de alimentar a una creciente población mundial cada vez más exigente e informada y por sobre todo cuidando nuestro medio ambiente.
La lechería del futuro necesitará profesionales que conozcan y manejen muy bien el sistema productivo en su conjunto, que para adaptarse y mitigar el cambio climático, deberá reducir su huella de carbono, utilizar especies y variedades forrajeras más tolerantes a la sequía y un manejo del suelo que permita que este mejore en su ‘salud’ microbiológica, además de usar muy eficientemente los fertilizantes e incorporar fuentes naturales y orgánicas, purines de lechería y estiércol, para ayudar a que nuestros suelos capturen más carbono. Todo ello junto a tecnologías como la agricultura de precisión y los robots de ordeña, entre otras, que hoy ya se asoman en el horizonte de nuestra región y que en unos años más serán parte habitual en el manejo de nuestras lecherías.
Los consumidores de lácteos actualmente buscan productos sanos, naturales, que aporten nutrientes esenciales a la dieta y en lo posible con características funcionales como la leche de vaca de la zona sur, producida en base a praderas, que contiene ácidos grasos y una buena relación omega3-omega6 que ayudan a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios. También, un grupo de consumidores que va en aumento y que prefiere los alimentos agroecológicos u orgánicos, espera que la industria lechera genere productos que estén libres de agroquímicos, fertilizantes sintéticos, antibióticos, que tengan una baja huella de carbono y de agua y que se produzcan en condiciones de cuidado y buen manejo de los animales. Así, teniendo en cuenta éstas y otras demandas de la población, los futuros ingenieros agrónomos podrán poner en práctica lo aprendido y aportarán sus conocimientos a las lecherías de hoy y del mañana.
Julio Kalazich Barassi. Ingeniero Agrónomo Ph. D. Académico Carrera de Agronomía Departamento de Acuicultura y Recursos Agroalimentarios
Universidad de Los Lagos.
Fuente: https://www.diariolechero.cl/